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José Alberto bloquea al Sporting

Los gijoneses se estampan en Anduva con la muralla puesta en el centro del campo por el entrenador del Mirandés y rompen una racha de tres victorias

Aitor pugna por un balón con Víctor Gómez. Al fondo, y por la izquierda, Álvaro Vázquez, Iván Martín, Manu García y Vivian.

“El triunfo de un peleón del fútbol” da nombre al libro en el que José Alberto López cuenta la conquista de un aficionado al fútbol que luchó por convertirse en entrenador del equipo de sus sueños, el Sporting. Anduva fue ayer escenario de un nuevo capítulo del carácter del exentrenador rojiblanco, reflejado en un Mirandés tan peleón como astuto. El centro del campo jabato, con línea de cinco hombres en muchos momentos, detuvo la progresión de un Sporting que venía de encadenar tres victorias y manejarse cada vez mejor en ataque. Los de David Gallego, ayer de verde aguamarina en un precioso y merecido homenaje a los sanitarios, acabaron con una sola ocasión y la sensación de ir a menos en medio de una incomodidad permanente.

La historia rojiblanca está llena de tropiezos ante jugadores o entrenadores con pasado en la casa. El Sporting sumó en Anduva uno más ante el técnico que salió por la puerta de atrás hace once meses. El resultado no fue lo peor de una derrota asumible tras un impecable comienzo. Lo preocupante fue el paso atrás dado por el equipo, muy frágil en lo defensivo en la acción que decidió, y atascado en ataque, más allá de Manu García, durante casi los noventa minutos.

No entró de la mejor manera al partido un Sporting que se vio por debajo en el marcador a los doce minutos. Una inocente pérdida en el centro del campo acabó en un envío al corazón del área de Víctor Gómez que se coló entre los dos centrales. Pablo Martínez le ganó la partida a Babin para prolongar a Moreno. El derechazo del delantero del Mirandés tocó en la pierna de Babin, apurado para corregir el despiste, y desvió la trayectoria con Mariño vencido. Con todo el partido por delante, los de Gallego acabaron menguando.

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Mirandés - Real Sporting, en imágenes LFP

El antes y el después del Sporting se vivió minutos más tarde, cuando Manu García encontró uno de esos pasillos camino del gol reservados para los elegidos. El regresado a la selección sub-21 aprovechó la buena carrera de Djuka. No había queja, el serbio asomaba al área perfilado para su pierna derecha, la preferida, aunque apurado por Berrocal. El disparo se estrelló en Lizoain. Luego fue todo cuesta arriba. El superpoblado centro del campo del Mirandés reducía a mínimos la dupla integrada por Gragera y Pedro Díaz, catalizadores de la mejoría en ataque que llevaron al Sporting a presentarse en Anduva con tres victorias consecutivas. La primera aparte acabó con Aitor García armando la pierna izquierda para que el balón lamiera el larguero. Había confianza en que la segunda parte se viera a un Sporting más protagonista, más dueño. Fue a peor.

La reanudación se abrió con el visitante Pablo Martínez acechando el gol y David Gallego haciendo tres cambios de una tacada. Pedro Díaz, Gragera y Gaspar dejaron su sitio a Álvaro Vázquez, Javi Fuego y Nacho Méndez. El esquema giró a dos puntas y dejó a Manu en izquierda. El partido desembocó en menos control y fútbol. Ver a Mariño siendo el generador de la oportunidad más clara del Sporting en toda la segunda parte resume el bloqueo.

Un rápido saque del vigués sobre la carrera en banda izquierda de Álvaro Vázquez alimentó la esperanza. El de Badalona mejoró el envío con un fino cambio de juego que encontró a Aitor García en pugna con Víctor Gómez, exalumno en el Espanyol de Gallego y tortura de su antiguo profesor. El de Gibraleón ganó el duelo, centró a Djuka y el serbio se quedó sin rematador para un último pase de contragolpe ejemplar y baldío. Poco más sucedió.

El Mirandés llevó el partido a su lado, dejó pasar los minutos y sumó su segundo triunfo en Anduva para endosar la tercera derrota, todas fuera, a los rojiblancos. El Sporting de la quinta del cole se quedó sin la cuarta victoria consecutiva el día del ejemplar homenaje a los sanitarios con camiseta aguamarina. Detalles que cuestan poco y suman mucho. El peleón del fútbol, sin revancha pero con memoria, se desquitó de aquel doloroso adiós.

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