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Los jugadores del Sporting, entrenándose ayer por la tarde en el campo número 2 de Mareo. | Marcos León

La unión como vacuna: la sensación del vestuario del Sporting en medio de la crisis

“No valen los lamentos, hay que tirar hacia adelante”, dice el vestuario rojiblanco ante la crisis provocada por el covid

Y en medio de la tormenta el balón echó a rodar. Un respiro para la plantilla tras una semana que fue difícil de afrontar, con todos los focos mediáticos sobre Mareo. El brote de covid-19, que dejó la baja de nueve futbolistas, hizo que durante casi una semana quedase a un lado para todo el sportinguismo el partido de Lugo.

Aunque no para todos. Ni Gallego ni su cuerpo técnico, ni los jugadores que se pudieron entrenar, perdieron el ánimo ni desviaron su concentración y objetivo: el siguiente partido. La consigna del vestuario, en medio de esta crisis, fue la de cerrar filas.

La unión como mejor vacuna ante la crisis interna provocada por el brote de covid. Y mantenerse aislados del ruido. “El fútbol no tiene memoria, no valen lamentos, ya nadie se acuerda del robo con el Leganés, hay que tirar hacia adelante”, cuentan desde el vestuario rojiblanco.

El Sporting, con un buen inicio de curso, se situó en la zona alta y no bajó de la sexta plaza nunca. Un trabajo que no quiere que se vaya al traste un equipo que ha peleado mucho este curso, primero en la adversidad tras solo poder fichar dos jugadores en verano y quedarse con una plantilla corta, y después tras el golpe de la pandemia, con nueve bajas, y un sinfín de comentarios y críticas a la actuación de los jugadores contagiados.

“Estamos centrados en jugar”, recalcan en Mareo. Gallego esquivó en sus dos ruedas de prensa tras la aparición del brote todas las preguntas que no fueran deportivas. Su mensaje hacia dentro fue claro: evitar distracciones. El vestuario rojiblanco se ha concienciado para sacar adelante el mes más complicado e ir recuperando efectivos. “No se puede tirar por la borda todo el trabajo conseguido hasta ahora”, destacan.

La expedición rojiblanca llegó de Lugo de madrugada. Ayer la sesión de entrenamiento se trasladó a la tarde. Antes los jugadores efectuaron una nueva remesa de test, a 48 horas del partido de Copa. La luz al final del túnel empieza a verse.

Hoy, en el primer entrenamiento en las dos últimas semanas en las que se permitirá el acceso de cámaras en los primeros minutos, podría presentarse alguna cara nueva, algún jugador al que los resultados se lo permitan. La premisa es tener anticuerpos, tras la prueba serológica, y un negativo en PCR. O si no se da positivo en los anticuerpos contar con dos PCR negativas.

El club anunció ayer que un jugador ya es inmune, aunque sin detallar si había dado negativo en PCR. Con cautela, pero con ganas, en el club rojiblanco esperan que vayan poco a poco incorporándose los jugadores contagiados, y que puedan retomar la normalidad.

Lo que por una parte es algo difícil de asumir -tres partidos en una semana con menos efectivos-, también tiene su lado positivo para que la mente esté centrada en el balón. No podrá rotar mucho David Gallego mañana en Amorebieta en la Copa para cumplir con el mínimo de fichas profesionales.

Y a la vuelta de la esquina estará la visita del Fuenlabrada este domingo a El Molinón. Los madrileños son el otro equipo que ha sido golpeado duramente por el covid. El Fuenla se vio envuelto al final de la temporada pasada en una gran polémica por los contagios de sus jugadores como ha sucedido ahora con el Sporting.

La crisis del covid le ha tocado al conjunto rojiblanco en una situación peculiar. El aislamiento, desde que el virus llegó, es algo habitual. Sin público, con Mareo convertido en un búnker, también las relaciones en el vestuario son diferentes. Los futbolistas pasan menos tiempo juntos. Llegan cambiados y listos para entrenar, no se duchan en Mareo al acabar y ese tiempo para afianzar vínculos en el vestuario ya no existe.

Pero sí que se mantiene esa misma mentalidad de unión hasta en la adversidad. Con todos los focos puestos en dónde se pudo iniciar el brote, en el vestuario evitan buscar culpables. “Nadie es perfecto, la gente se ha equivocado, yo también me equivoco. La vida sigue y la gente aprenderá de sus errores”, explicó Babin en Gol Televisión tras el partido de Lugo. “Hay que centrarse en lo que podemos controlar, los partidos”, analizó Javi Fuego también tras el final del choque en el Anxo Carro.

El Sporting volvió a la competición el pasado lunes, con un empate considerado como muy positivo por las circunstancias, y también por la importancia de seguir sumando en una categoría que no da tregua, y en la que cada punto se antoja casi como vital en la pelea de la segunda vuelta para mantenerse en el play-off.

Capeando el temporal del virus, en Mareo la consigna de la unión se presenta como guía, junto a que los resultados también acompañen. Y que dentro de unas semanas la crisis que produjo el brote de covid, vaya quedando en el olvido.

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