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Así vivieron los sportinguistas las horas previas al partido: Quini no fue suficiente

“Ayudará el Brujo”, anunciaba el sportinguismo antes del choque, confiado en el “¡gol del Lugo!” y roto por el batacazo de los suyos

Daniel Pérez, Pelayo Gutiérrez, Chantal Gutiérrez, Iván Díaz y Bárbara Aller posan junto a José Andrés García, en primer término, mostrando sus tatuajes sportinguistas. Juan Plaza

“En el último ascenso nos echó una mano Preciado desde el cielo y hoy nos la va a echar Quini”. Así de claro lo tenía el entreguín José Andrés García, ataviado con la camiseta del Sporting en homenaje a los sanitarios y pantalón corto para poder mostrar el tatuaje que luce en su pierna derecha: una imagen de El Brujo, junto a un escudo del Sporting. “Me lo hice en cuanto falleció”, explica este aficionado sportinguista. “Quini ye Dios”, añade. Sin embargo, más que el resultado final del encuentro, lo más importante para García era volver, casi quinientos días después, a El Molinón. “Fue un año muy duro para mí, y volver al campo es como reencontrarme con mi abuela, es recuperar la normalidad por fin”, explica. Junto a él, su amigo Chus Fernández portaba la camiseta del Lugo. “La compré el mismo día que ascendimos la última vez”, rememora, “por la noche, en plena celebración, entré a la web y la pedí”, explica anunciando que “siempre que me la pongo, ganamos, tiene un 100% de efectividad”.

Arriba, Rodrigo González, María Vázquez, Marcos González, Marcos González, Neto Cuervo, Manuel Morán, Fernanda López, Ana Cuervo y Gabriela Cuervo. Juan Plaza

La ayuda del mítico delantero no fue suficiente para lograr el objetivo, que no se consiguió donde había que hacerlo: sobre el césped. También otro mítico exjugador rojiblanco, el excapitán Alberto Lora, presente en el último ascenso, se dejó ver por el estadio, como un aficionado más, y fue ovacionado por el público rojiblanco.

Por la afición sportinguista no quedó. Los seguidores rojiblancos recibieron a la plantilla en los aledaños de El Molinón. Cientos de aficionados que no dejaron de cantar y animar a su llegada. El lucido bengaleo puso el resto. Los cánticos, en pro del ascenso y confiando en las opciones del conjunto de David Gallego llevaron en volandas a los jugadores hasta el interior del estadio.

Sobre estas líneas, Sonia Louredo, Javi Piney, Eloy Nuevo, Pedro Fernández, David Carrelo, Lorena Alonso y Javi Llaneza. Juan Plaza

Fuera, los bocadillos se mezclaban con los cachis de cerveza, los petardos y los cánticos. “Esperemos que el equipo dé la talla, como el club que es”, pedía Roberto Narváez, junto a miembros de la peña La 1905, en un bar situado en el parque de Isabel La Católica. “Siempre confiamos”, confirmaba el seguidor rojiblanco, “aunque la gente confía más en el Lugo que en el Sporting, hoy (por ayer) tira más el corazón que la razón”. Narváez, veterano aficionado sportinguista, no ocultaba que “estoy nervioso como si fuera la primera vez que voy a entrar al campo”. “Estoy más nervioso por entrar al campo que por el partido en sí”, confirmaba Pedro Fernández. “¡Claro que confiamos! De verdad”, aseguraba Álvaro San Martino junto a un grupo de jóvenes, “va a ser muy emocionante, aunque ojalá pudieran entrar más de 5.000 personas”. El aficionado prometía celebrar la clasificación para el play-off con un viaje.

Como el que hicieron desde Oviedo Neto Cuervo, sus familiares y amigos. “Soy católico, creo en los milagros, ¡gol del Lugo!”, exclamaba el aficionado sportinguista entre las risas de sus acompañantes, “tenemos muchas ganas, aunque seamos solo 5.000 va a ser como La Bombonera”.

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