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Solabarrieta: “Espero que esta temporada sea la del ascenso a Primera”

“Djuka es un grandísimo delantero”, defiende el “Pichichi” rojiblanco en la 1966-67, residente en Ondárroa, a media hora de Ipurúa

Solabarrieta, en el campo de Zaldupe con la camiseta del Sporting. LNE

A poco más de media hora de Ipurúa, los ecos del Eibar-Sporting destapan viejos recuerdos. Francisco Solabarrieta (Ondárroa, Vizcaya, 9-11-1940) descansa en su pueblo natal mientras está pendiente del resultado del partido. “Djuka es un grandísimo delantero, tiene mucho gol”, afirma el hombre que marcó para el Sporting “129 tantos, entre Liga y Copa” desde 1963 hasta 1969, siendo “Pichichi” en Segunda en la 1966-67. Historia viva del club rojiblanco, ve a los de Galllego “en buena dinámica. Espero que esta temporada puedan conseguir el ascenso a Primera”.

Equipo del Sporting en la temporada 1966-67. Por la izquierda, de pie, Solana, Cárdenas, Alonso, Uribe, Alberto y Eraña; agachados, Montes, Pocholo, Solabarrieta, Félix y Amengual. | LNE

Su delicada salud le impidió estar ayer en el campo. Ve algún partido por televisión de los rojiblancos. Cuando no puede, su hijo Aitor se encarga de mantenerle “al corriente de todo” cada jornada. Aitor y Zuriñe, los dos hijos del exdelantero del Sporting, nacieron en Gijón, durante la etapa en la que su padre se hinchaba a hacer goles en El Molinón. Arantza, su mujer, sigue siendo el apoyo incondicional de Paco, el nombre que utiliza la familia para referirse al bravo futbolista de Ondárroa. Especialmente desde que una hemorragia cerebral puso en peligro su vida. Salió adelante con el arrojo que mostró siempre en el campo. Aitor ejerce de intermediario de LA NUEVA ESPAÑA para charlar con Solabarrieta. Sus palabras transmiten pasión por el Sporting.

“Mantengo unos recuerdos estupendos de mi etapa en Gijón. Sobre todo, por los grandes amigos que hice allí. Fue la etapa más feliz de mi vida deportiva, sin ninguna duda”, asegura Solabarrieta. Desde el balcón de su casa, un quinto piso, se ve Zaldupe, el campo donde el Sporting le pescó para llevárselo a Gijón. El partido que acabó de empujarle a vestir de rojiblanco fue el del ascenso a Tercera con el Aurrerá de Ondárroa, donde es una institución. No sólo él. Aitor estuvo durante más de una década trabajando en el club como entrenador. Los tres nietos de Paco también han jugado al fútbol, aunque sin la suerte de desarrollar la carrera del abuelo. El fútbol va en la sangre de los Solabarrieta.

“De la temporada en la que gané el ‘Pichichi’ tengo recuerdos muy bonitos”, reconoce Solabarrieta sobre la campaña 1966-67. Cuida con mimo el trofeo que le acredita como máximo artillero de aquella campaña, con el que además posa para LA NUEVA ESPAÑA. Para el recuerdo, tardes que quedaron a fuego en la familia como un 5-4 al Oviedo en el que hizo tres tantos o un 5-2 a la Real Sociedad en el que marcó cuatro. Cuenta la hemeroteca que Solabarrieta llego a hacer nueve veces cuatro goles, lo que le granjeó el sobrenombre en el vestuario de “cuatro por cuatro”. Como él mismo reconoció a este diario hace unos años: “No era bueno, pero lo remataba todo”.

“Esta temporada voy con los dos. Con el Sporting y también con el Eibar”, introduce el mítico delantero rojiblanco sobre su club vecino, al que también tiene cariño y desea que regrese lo antes posible a Primera División. El hombre que dio la bienvenida a un Quini que acababa de aterrizar en el Sporting llegado desde el Ensidesa, sí reconoce que en cuanto a juego, el inicio de la temporada de los gijoneses parece más prometedor que el de su rival. “Se están mostrando algo superiores, pero ya se verá”, comenta dejando escapar una pequeña sonrisa.

Solabarrieta, a quien le quedó el sabor amargo de no poder jugar con el Sporting en Primera, espera que esta nueva generación de futbolistas puedan conseguirlo de la mano de David Gallego. Al menos, “que el equipo salga a ganar en todos los campos”, como le gusta definir al equipo en el que jugó seis años antes de que Carriega le mandara a Osasuna. Mientras, en el balcón de su casa, su mirada se divide entre Zaldupe y la televisión. “Es que el Aurrerá de Ondárroa y el Sporting juegan a la misma hora”, justifica Aitor. “A por el ascenso”, anima Solabarrieta.

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