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Orlegi sopesa iniciar su proyecto en el Sporting con una ampliación de capital inmediata

La medida se plantea para atajar la deuda del Sporting, minimizar la necesidad de traspasos e intentar mejorar el límite salarial

Por la izquierda, Joaquín, Alejandro Irarragorri, David Guerra y Alfonso Villalva, en Mareo. Marcos León

Alejandro Irarragorri no ha querido hablar de números en sus primeros días como presidente del Sporting. El nuevo propietario rojiblanco y líder del Grupo Orlegi, sin embargo, tiene medidos sus cálculos para el inicio de una nueva etapa en el conjunto gijonés marcada, en lo económico, por la intención de realizar una primera ampliación de capital, como desveló durante su entrevista a LA NUEVA ESPAÑA. La medida se estudia convocar en un corto espacio de tiempo y necesitará la aprobación en junta de accionistas. Parte con el objetivo de atajar la deuda (algo que no ha querido cifrar el nuevo dirigente rojiblanco, pero que podría estar en torno a los 15 millones de euros), minimizar así la urgencia de acometer traspasos de futbolistas y aspirar a mejorar el límite salarial.

El camino más corto para que el Sporting ejecute una ampliación de capital es a través de la convocatoria de una junta general de accionistas de carácter extraordinario. Un movimiento que está actualmente sobre la mesa del Grupo Orlegi y que, para su celebración, exigirá al menos un mes de espera. Es el plazo mínimo que exige la Ley de Sociedades de Capital entre informar al accionariado del inicio de este proceso y su aprobación. Ni en la convocatoria ni en la aprobación tendrá problema el nuevo dueño del Sporting, más bien será un puro trámite burocrático.

Orlegi ha adquirido el 73% del capital social del club, por lo que goza ampliamente del 5% exigido para la convocatoria, y también para dar luz verde, posteriormente, a su realización. Falta por conocer qué inyección económica se plantea el grupo mexicano para intentar fortalecer al conjunto gijonés de cara al proyecto deportivo diseñado para esta misma temporada. Lo que es evidente es que el desembolso económico para la compra de las acciones de la familia Fernández, en una operación cerrada en 43 millones de euros, como desveló LA NUEVA ESPAÑA, no es el único que pretenden hacer a su llegada al club.

La búsqueda de atajar la deuda lleva aparejado evitar que el Sporting se vea en la obligación de tener que vender futbolistas en este mercado veraniego. Un escenario que no se descarta en el caso de algunos futbolistas, pero Orlegi parece movido a la búsqueda de un margen financiero que ayude a no ver condicionadas sus primeras decisiones por este motivo. La otra gran consecuencia tiene como protagonista al límite salarial, básicamente el dinero que se puede gastar en la plantilla de jugadores. Una ampliación de capital no siempre lleva asegurado que éste se vea aumentado, pero sí ayuda a poder aspirar a ello.

No sería la primera vez que el Sporting recurriese a una ampliación de capital como una de sus soluciones para aliviar sus apreturas económicas. Una de las más importantes tuvo lugar en 2004, cuando el club presidido entonces por Manuel Vega-Arango convocó una ampliación por valor de 14,9 millones de euros. La más reciente fue la de 2015, con Antonio Veiga como máximo dirigente del club, por un montante de 3,5 millones de euros.

El Sporting anunció el pasado mes de diciembre su previsión de pérdidas para la temporada que acaba de terminar (21-22) por valor de 4,8 millones de euros, sucediendo así a las registradas la campaña anterior, finalmente de 1,9 millones de euros. Entonces, la entidad rojiblanca veía en el préstamo "de alrededor de 6 millones" (solicitado la pasada temporada anterior a Rights & Media y otra entidad) y en la operación del CVC un impulso para sobrellevar la tesorería y "mantener una plantilla competitiva".

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