Puerto Príncipe (Haití), Agencias

En Haití no ha quedado piedra sobre piedra. Hasta el palacio presidencial que ocupara el todopoderoso Papa Doc se ha derrumbado, una imagen que resume el hundimiento definitivo del país más pobre de América. Eran las cinco de la tarde del martes (once de la noche en España) cuando un seísmo de 7,3 grados en la escala Richter, seguido de dos réplicas, de 5,9 y 5,5 grados, y con epicentro cerca de la capital haitiana, Puerto Príncipe, desató la catástrofe, que ha dejado «cientos de miles de muertos», según la misión de la estabilización de la ONU en Haití, y «entre 30.000 y 50.000» fallecidos, según los cálculos del presidente del país, René Preval. Esta cifra se antoja escasa, ya que el primer ministro, Jean Max Bellerive, ya reconoció ante la CNN que había «más de cien mil muertos».

Pese a la precariedad de las comunicaciones -sólo es posible contactar con el exterior vía satélite-, de la isla han salido testimonios aterradores que hablan de decenas de miles de casas destruidas, miles de atrapados, cadáveres amontonados en las calles y miles de heridos, en mitad de una pavorosa falta de medios que tratan de paliar los integrantes de la misión de la ONU, que además han tenido que lamentar la pérdida de su embajador, Hedi Annabi, y de otros trece integrantes. El tunecino se une a otras figuras fallecidas, como la reputada misionera brasileña Zilda Arns Neumman, fundadora de la Pastoral de la Infancia, y el arzobispo de Puerto Príncipe, monseñor Serge Miot, cuyo cadáver fue encontrado en las ruinas del arzobispado.

El Ministerio de Exteriores no ha descartado que haya víctimas españolas entre los fallecidos. Hay, al menos, tres desaparecidos. Se trata de la segoviana Pilar Juárez Boal, de 53 años, que se encuentra destinada en Haití desde hace años como funcionaria de la Unión Europea, y que cuando se produjo el temblor participaba en una reunión de la ONU, según su familia. Hay que señalar que el edificio que albergaba la misión se vino abajo.

La pareja de médicos sevillanos formada por Carmen Villar y Max Garnier, nacido en la isla, fue finalmente localizada tras unas horas desaparecida. La pareja disfrutaba de sus vacaciones en Haití junto a su hija.

Exteriores señala que ha contactado con la mayoría de los 103 españoles que viven en Haití. No hay que lamentar bajas entre los 45 agentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil que están destinados en la isla. Al menos tres de ellos son asturianos, pero se encuentran también bien, según manifestaron fuentes de la Benemérita y sus familiares, que han expresado su alivio.