Oviedo, L. Á. V.

La ovetense Inés Victorio Marcos recogió a lo largo de varios meses en un blog el imparable deterioro físico de su padre, Constancio Victorio Alarcón, que con 73 años, el 1 de febrero de 2009, sufrió un infarto que le produjo daño cerebral por anoxia y una discapacidad del 85 por ciento. Constancio, un ats jubilado muy conocido, falleció el pasado día 22, después de un año en el que tanto Inés como sus hermanos Fernando y Eva intentaron arrebatar la custodia del enfermo a su esposa y sus otros hijos.

Tras el fallecimiento del ovetense, los tres hermanos han presentado una denuncia ante la fiscalía en la que plantean que el anciano fue objeto de malos tratos, sobremedicación y falta de alimentos. De estos hechos acusan no sólo a su madre, sino también a dos de sus hermanos y a una clínica geriátrica gijonesa en la que Constancio estuvo ingresado durante algunos meses.

Según los denunciantes, la esposa y dos hijos del fallecido se dedicaron «de forma sistemática y premeditada a impedir toda recuperación del enfermo». En su denuncia, añaden que el anciano, en absoluto estado de indefensión, comenzó a ser objeto de agresiones y malos tratos, hasta el punto de sufrir derrame cerebral provocado por algún golpe u acción violenta». Constancio terminó en un geriátrico de Gijón, donde su deterioro, afirman en la denuncia, comenzó a acrecentarse. Sus intentos para obtener la custodia ante un Juzgado gijonés fueron infructuosos, hasta el fatal desenlace.