Torremanzanas (Alicante), Efe/ A. P. P.

La ola de incendios que ha abrasado amplias zonas forestales en varias regiones españolas se cobró ayer la vida de un brigadista que trabajaba en la extinción fuego declarado en el término municipal de Torremanzanas (Alicante). El Gobierno valenciano informó además de que otras tres personas (dos brigadistas y un agente forestal) resultaron heridas de diversa consideración y fueron hospitalizadas. El mismo incendio obligó a desalojar un campamento con 130 niños en una finca de recreo. Las autoridades apuntaron como posible causa del incendio el fallo mecánico de un coche, del que habría salido una llamarada al abrirse el capó.

A últimas horas de ayer, domingo, trabajaban 18 medios aéreos, 9 brigadas, 5 autobombas, 5 vehículos de bomberos y una sección de la Unidad Militar de Emergencias (UME) (otra estaba en camino) en las labores de extinción del incendio de Alicante, originado sobre las 12.51 horas en el paraje de Rabosina. El Gobierno valenciano lamentó profundamente la muerte del profesional y expresó su pésame a la familia y amigos del fallecido. Los medios movilizados trabajaban en la cabeza del incendio para evitar que se amplíe el perímetro afectado y el fuego está casi perimetrado. Torremanzanas es una pequeña población situada en el interior de la provincia de Alicante, a más de 40 kilómetros al norte de la capital alicantina, y cuenta con 802 habitantes.

Las altas temperaturas han salpicado España de incendios forestales. Entre los más dañinos destacan los del Parque Nacional de Cabañeros, en Ciudad Real, y Uceda, en Guadalajara, estabilizados tras quemarse en total 1.700 hectáreas, 1.300 de superficie forestal y 600 de «alto valor ecológico» del área medioambiental protegida.

En los municipios El Tanque y Los Silos, en Tenerife, la dificultad para combatir el fuego se incrementó por la compleja orografía de la zona, en el noroeste de la isla, montañosa, de barrancos y no muy lejos del Parque Nacional del Teide. El siniestro, que ha afectado a 369 hectáreas, estaba ayer estabilizado, salvo en un frente «muy complicado» de 150 metros entre Bolico y Santiago del Teide.

En Rubiá y el Barco de Valdeorras (Orense) se consideraba ya sin riesgo de reactivación el incendio declarado el viernes, cuya propagación también se achacó al calor extremo y la falta de lluvia. Todas las personas que tuvieron que ser atendidas por los servicios médicos fueron dadas de alta el sábado y los vecinos desalojados han regresado a sus casas. Las estimaciones provisionales apuntan que la superficie afectada es de 1.200 hectáreas. También se consideran controlados y bajo perímetro los incendios que afectan al paraje de La Dehesilla, de Almonte (Huelva), junto al parque nacional de Doñana.

Ayer permanecía activo un incendio en la isla de la Gomera. El monte lleva ardiendo en la isla desde el 4 de agosto y ha abrasado ya 3.747 hectáreas. El Gobierno de Canarias ha reclamado más apoyo al central. El secretario de ordenación del territorio y sostenibilidad del PSOE, el asturiano Hugo Morán, reprochó ayer al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, que «se vaya a los toros mientras España arde».