Una fuga en el depósito de cloruro férrico de un camión cisterna obligó a cortar ayer a media tarde la autovía A-8 en sentido Galicia a la altura de Tremañes, en Gijón. El suceso provocó importantes retenciones de tráfico y caos circulatorio. La Guardia Civil y la Policía Local tuvieron que desviar la trayectoria de los vehículos que salían de la ciudad en dirección a Oviedo o a Avilés por la "Y" en zonas como la rotonda de la avenida de Portugal o la conexión con la ronda, las principales salidas por autovía del núcleo urbano.

Los conductores afectados fueron desviados por la carretera regional AS-19 desde Tremañes hasta Tabaza, en donde pudieron retomar el recorrido con total normalidad por la autovía A-8.

El suceso se produjo en una de las horas punta en las que más conductores se concentran en la autovía, al final de la jornada laboral. Las labores de retirada del líquido corrosivo que se había derramado sobre la calzada se prolongaron durante varias horas. Hasta el lugar de los hechos se desplazaron los bomberos del Ayuntamiento de Gijón, que participaron en la limpieza de la vía. El Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) movilizó cuatro vehículos y activó el plan de mercancías peligrosas en su nivel más básico "porque la fuga del camión no generó peligros para la población o el medio ambiente", indicó ayer una portavoz del servicio.

Líquido corrosivo

Los funcionarios del SEPA desplazados hasta la autovía realizaron diques para que el vertido del cloruro férrico no afectara a ningún terreno situado en las inmediaciones de la autovía. "Es un líquido muy corrosivo y si se hubiera dejado pasar a cualquier coche o un camión habría una desgracia", argumentaron ayer fuentes cercanas al operativo instalado en la "Y".

La empresa propietaria del vehículo desplazó un segundo camión cisterna para traspasar las 23 toneladas de cloruro férrico que transportaba la cisterna. El cargamento venía por carretera desde Cantabria y tenía que haber sido entregado ayer en La Coruña.