Diecinueve personas resultaron muertas y tres heridas al estrellase un helicóptero en la península rusa de Yamal, al noroeste de Siberia. El accidente se produjo cuando el aparato, un Mi-8, trataba de realizar un aterrizaje forzoso. Las personas que viajaban en el helicóptero era personal de una contrata de la petrolera rusa Rosneft y habían partido de los pozos de Suzunsky.