La Guardia Civil detuvo a un kamikaze que quintuplicaba la tasa de alcoholemia y que recorrió 16 kilómetros por la Autovía del Cantábrico entre La Caridad y Ribadeo. El hombre, cuyos datos no han trascendido, circuló a 100 kilómetros por hora e ignoró -o no se enteró- las señales luminosas y las sirenas con las que los agentes intentaron que detuviera la marcha. Durante el recorrido se cruzó de frente, al menos, con un camión y siete automóviles.

Los otros usuarios de la Autovía del Cantábrico llamaron al 112 alertando de que un vehículo circulaba en sentido contrario a la altura de La Caridad. Fue el pasado sábado, hacia las once de la noche. El Servicio de Emergencias del Principado trasladó la alerta a la central operativa de la Guardia Civil de Tráfico en Asturias, que envió a varios agentes para que interceptaran al kamikaze.

El conductor fue avistado circulando por la calzada destinada a los vehículos que se dirigían con destino Oviedo-Santander, pero él lo hacía en sentido Galicia. La Guardia Civil de Tráfico se situó a su altura (en la plataforma correcta) e intentó que se detuviera utilizando las sirenas y las luces de sus vehículos, pero sin éxito.

Ante el caso omiso que les hacía el conductor, los agentes le sobrepasaron y se adelantaron al menos cinco kilómetros para detener la circulación de los vehículos que se iban a encontrar de frente con el kamikaze.

A la altura del kilómetro 504, cerca ya de la localidad gallega de Ribadeo, el conductor se detuvo, y los agentes aprovecharon para proceder a su identificación y para realizarle la prueba de alcoholemia, que dio 1,25 miligramos por litro de sangre en aire espirado, cinco veces más de lo permitido. La Guardia Civil procedió a la detención del infractor, por un delito de conducción con temerario manifiesto desprecio por la vida y por superar las tasas de alcoholemia. Las diligencias fueron instruidas por el equipo de atestados de Tráfico de la Guardia Civil de Luarca para ser remitidas al Juzgado de instrucción de Castropol, según informó la Benemérita.

El pasado agosto, en Oviedo, otro kamikaze ebrio empotró su vehículo contra un coche de la Policía Local tras circular medio kilómetro en sentido contrario por la carretera nacional 630, a la que accedió desde la avenida de Las Segadas. Eran las cuatro de la mañana y el joven, de 21 años, había cogido el vehículo tras pasar la noche bebiendo en unas fiestas. Dio positivo en alcohol (0,68 miligramos por litro de aire espirado). Nadie resultó herido en el accidente.