Cinco miembros de la Fuerza Aérea y dos del Ejército indio fallecieron ayer después de que un helicóptero M-17 se estrellara en Arunachal Pradesh, en el noreste de la India. El aparato se estrelló mientras descendía en la zona de Tawang, cerca de la frontera con China, en una misión de mantenimiento. Las autoridades militares indias han ordenado una investigación para averiguar las razones del accidente.

Los accidentes de aviones y helicópteros son uno de los principales quebraderos de cabeza para la Fuerza Aérea, que ha comenzado un proceso de renovación de su flota con la adquisición de nuevos aparatos y la ampliación de sus equipos. Anteayer jueves, el jefe de la Fuerza Aérea, BS Dhanoa, reconocía que hay "preocupación" en ese cuerpo por el alto número de muertos en tiempo de paz.

"Estamos concentrando esfuerzos para minimizar los accidentes y preservar nuestros recursos", señaló Dhanoa en una rueda de prensa en la que hizo balance de la situación del Ejército del Aire indio.

Sucesos reiterados

Los accidentes de aviones militares son una constante en India. La pasada semana un avión de entrenamiento se estrelló en Hyderabad (centro-sur) aunque el piloto consiguió salir expelido mediante el sistema de expulsión del aparato.

En julio, un MIG-23 se estrelló en Rajastán (oeste) también sin causar víctimas al lograr los pilotos salir del avión, y en mayo un Sukhoi-30 se estrelló en Arunachal Pradesh causando la muerte de sus dos pilotos. En diciembre de 2015, 10 miembros del cuerpo fronterizo BSF murieron al estrellarse en Nueva Delhi.