"Llore agente, llore, el director general también llora", fue la compasiva orden dada por el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, a Nora Pérez, guardia civil de 28 años, que intentaba contener las lágrimas que le caían a borbotones en un acto celebrado ayer en Sant Llorenç des Cardessar. Pérez trataba de contener las lágrimas junto a su compañero, el langreano de Ciaño Sergio Mantas. El día de la riada, ambos lograron salvar a la familia Heredia de una muerte segura.

Azón quiso agradecer en persona el trabajo "heroico" de los agentes y visitar Sant Llorenç y S'Illot. Los agentes se abrazaron al británico David Robinson, que perdió a su mujer, Joana, de 40, y a su hijo Arthur, de 5 años -encontrado el miércoles, tras una búsqueda de ocho días-, aunque le queda el consuelo de que su hija Úrsula, de 7, salvada por su madre y un joven ciclista alemán. El funeral por la madre y su niño fue en Manacor, por la tarde. "Ahora empiezo a asimilar lo que he vivido, no he llorado hasta el día de hoy", confesó la agente Pérez, quien junto a su compañero Mantas empotraron su jeep junto a la pared de la casa de los Heredia, subieron al capó y desde allí sacaron a la familia por una ventana. "Gracias a Dios nos pudieron salvar", dijo Juan Francisco Heredia.