Hace diez años, un hombre se encontraba en el Alimerka de la avenida de Roma de la capital leonesa haciendo la compra. Al ir a pagar, se llevó el terrible chasco de que había perdido la cartera, en la que además llevaba bastante dinero, más de 500 euros. Por más que buscó y rebuscó, no encontró la cartera en el establecimiento comercial, y pensó que la habría perdido en cualquier otro lugar. Como ocurre en muchos de estos casos, decidió denunciar su pérdida en la Comisaría, posiblemente sin mucho convencimiento de que apareciese. Sin embargo, al final la billetera sí que fue encontraba. Resulta que la había perdido en el mismo supermercado, y que nunca había salido de allí: estaba debajo de una estantería. El hombre no ha podido sin embargo celebrar el hallazgo de sus pertenencias, porque falleció hace un tiempo. El dinero se lo han entregado sin embargo a la hermana del finado, como pariente vivo más cercano.

El hallazgo fue de lo más fortuito. Hace unos días, los responsables del citado supermercado decidieron hacer limpieza general en el establecimiento. Fue entonces, al mover unas estanterías, cuando los empleados se encontraron con una abultada cartera. La sorpresa fue aún mayor cuando abrieron la billetera y encontraron un total de 23 billetes, siete de ellos de 50 euros: en total 550. Se trataba de una cantidad demasiado importante y la encargada decidió este viernes avisar a la Comisaría Provincial de León para hacer entrega del hallazgo de la cartera, que era de piel de color marrón, y que aparte del dinero contenía una tarjeta sanitaria y documentación. Una patrulla de la Policía Nacional se personó en el lugar para hacerse cargo del billetero. Posteriormente, y ya en dependencias policiales, se realizaron las comprobaciones pertinentes para la localización del dueño de la cartera.

Desafortunadamente, el propietario de la cartera ya no podrá disfrutar del dinero, puesto que ha fallecido. No obstante, los agentes localizaron a su hermana y le hicieron entrega del dinero, al tratarse de su pariente vivo más cercano. La mujer, que se personó en las dependencias policiales con su hija, se acordaba perfectamente de que su hermano había perdido hacía mucho tiempo la cartera. Al final apareció.