La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde la Meseta

De Vigo a Génova

Los desplomes del muelle gallego y el viaducto italiano

Aquello de que las desgracias nunca vienen solas es cierto. Y esta vez acompañadas. Lo de Galicia fue por una causa muy distinta a la de Italia. Y, además, las desgracias, los fallecidos, los heridos, los que aún no han aparecido, están causando un dolor irreparable entre sus familiares.

Por ejemplo, el funeral de Estado celebrado en Génova tuvo ausencia de los difuntos y allegados.

Y la pelota está en el tejado en ambos bandos. Nadie quiere responsabilizarse de cómo sucedió el accidente. Así en Vigo, el alcalde echa la culpa al Puerto y viceversa. Y el tema está claro, los años han pasado y ninguno de los dos organismos oficiales echó tan siquiera una mano de pintura en donde se precisaba. Eso sí, a la hora de hacer una fiesta se montó el tinglado y lo que estaba pocho y con herrumbre no aguantó el peso de los que bien lo estaban pasando.

En Génova y el puentazo construido hace unos cuantos años, según dicen, con ayuda de la Comunidad Económica Europea, afirman que es la propia Comunidad la que debiera hacerse cargo de su mantenimiento, o bien la concesionaria de autopistas italianas.

Los genoveses están que fuman en pipa cuando el ministro responsable se fue de cena el mismo día que aquella mole se vino abajo.

Está claro que los responsables de cada siniestro no estaban ni antes ni después en su sitio. Y menos mal que lo de Vigo tuvo menos consecuencias. Pero los vigueses están cabreados.

Y las cosas se solucionan solo cuando ocurren.

Compartir el artículo

stats