Finiquitado el año con la conclusión de las fiestas, a excepción de la parcela que Papá Noel le va dejando a los Reyes, entramos en época de "buenos propósitos". Antes de lo personal, resulta imposible el obviar la definitiva muerte del carbón, o el negro porvenir de empresas punteras de la región, que nos afectan a todos, mientras los responsables se dedican a culparse mutuamente, pero "el palu", pa los asturianos.
La línea roja que separa un año de otro viene con subidas cargadas de positividad, aunque desprendan olor a electoralismo, pues mayo ya está ahí, y puede resultar buena inversión. Resulta justo el aumento de la percepción a los pensionistas y a los funcionarios, así como adecuar el salario mínimo, que aunque siga siendo corto, resulta más decente. Aunque para "compensar" suben otras muchas cosas, como los combustibles, que lo arrastraran todo. Bueno, que me pierdo, esto lo dejaré para un próximo análisis.
El titular resume una constante de estas fechas: "de esti añu no pasa" se dice, tratando de recuperar con urgencia lo que se dejó aparcado. Así que ahí van los primeros del ranking: dejar de fumar de una dichosa vez, pues el cuerpo cada vez da más avisos, precio aparte, pues ya resulta todo un lujo. Hacer ejercicio, o inscribirse en un gimnasio, que si se abona por adelantado te obligará a acudir; aprender algún idioma, que resulta prioritario en estos tiempos, y otras muchas cosas más que se van arrinconado en el baúl de los recuerdos.
Buena voluntad sí que hay, pero, como mucho, a los quince días se va todo al carajo, y encima con la cuesta de enero en su inicio, con la tarjeta hecha unos zorros por las "alegrías" de estas fiestas.
Al final, felicitar a los que lo consigan, pero? me temo que van a ser muy pocos.
