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Un incidente evitable en el autobús

Voy relatar un pequeño incidente que quedó en anécdota. El viernes pasado tomé a las 12 del mediodía, en la calle Uría, un autobús urbano de la línea "C" para que me acercara a La Corredoria; esta vez todo funcionó, la rampa bajó, la puerta abrió y me coloqué preceptivamente de espalda al sentido de marcha en uno de los dos espacios destinados para las sillas de ruedas.

Durante el itinerario, accedió al mismo autobús una señora con una nena en su cochecito que ocupó el otro espacio para las sillas de ruedas, libre en ese momento. Al llegar a HUCA, accede un chico joven con una silla de ruedas eléctrica; pero los lugares destinados para la misma estaban ocupados: uno por mi y otro por la señora a la que hacía referencia.

El chico consideró que tenía preferencia de uso sobre la sillita de la nena e intentó colocarse en dicho espacio. La señora que llevaba a la chiquilla tuvo que preguntar conductor por qué había dejado subir a aquel hombre si no había sitio para la silla, pues los dos huecos estaban ocupados. La señora argumenta que ella se ha tenido que quedar en tierra en otras ocasiones por falta de espacio y se produce una leve trifulca entre los tres: el chico de la silla de ruedas, la señora y el conductor. Todo quedó en una anécdota por tres razones determinantes: el chico joven de la silla era prudente y educado; la señora también y además se sabía expresar correctamente y el conductor era un tipo moderado. De otro modo, aquello se podría haber complicado bastante.

Punto final a la historia, si no fuera por algo muy importante que fue detonante del incidente. Durante las muchas reuniones en las que las asociaciones vecinales fuimos convocados por la concejala Ana Rivas para tratar sobre transporte urbano salió a colación, no solo por indicación de los representantes de los usuarios que somos las asociaciones, sino también por los sindicatos que representan a los trabajadores de TUA, la necesidad de elaborar una normativa, un protocolo de actuación para que todos, usuarios y personal sepan a qué atenerse en cada momento.

En una de las últimas reuniones, durante el tramo final de negociaciones para la implantación de la nueva línea que se supone debería haber entrado en funcionamiento en junio entre el polígono del Espíritu Santo y la zona alta de Oviedo y que pasa por La Corredoria, los representantes del sindicato de los trabajadores hicieron un duro alegato al respecto. Yo lo secundé porque la realidad es que los conductores, única autoridad en un autobús urbano, carecen de una normativa que aplicar en el caso, por ejemplo de que aparezca una tercera silla de ruedas, si hay más gente con sillas de niños que quiera acceder u otras consideraciones.

Se da la circunstancia de que el pasado sábado salió en este diario la noticia de un nuevo reglamento de derechos y obligaciones que, según la socialista Ana Rivas se está tramitando. Espero que así sea y abundo en que la línea "R", que ya había superado todos los trámites, aún no ha entrado en funcionamiento aunque se prometió que lo estaría en verano.

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