López-Brañas cierra con brillantez una jornada de grandes detalles de interpretación

Oviedo, J. B.

La jornada tenía un buen bocado al principio y al final, con una muy buena representación de grupos de folk y cantantes de tonada, tres chicas, por cierto; una pareja de baile, Alejandro Alonso y Natalia Ecker, y dos coros. Éstos abrieron la segunda parte del programa, que concluyó con la excelencia de Juan Antonio López-Brañas. El cantante, un habitual en el escenario del Campoamor y también del Concurso y Muestra de Folclore «Ciudad de Oviedo», que organizan el Ayuntamiento y LA NUEVA ESPAÑA, dio un buen repaso a la música asturiana. López-Brañas tramitó con espectacularidad piezas que cantan a todas las Asturias, desde al Virgen de Covadonga hasta dulces vaqueiras o piezas firmadas o compartidas por el presidente del jurado, Alfonso Sánchez Peña («El Carbayón). Brañas domina el escenario como nadie y por si hubiera que mejorar los momentos en las tablas cuenta con Santos Alonso a la guitarra, un instrumentista de talento que sabe levantar pasiones entre el público. Cantante y guitarrista conquistaron al público con su repertorio, pero sumaron más apasionados con sus gestos remachando algunas de las canciones: un buen ejercicio de manejo de los tiempos de cada pieza. Hasta la despedida, con «El pañuelín de seda», todo fue emoción.

Como la dejó el coro que le precedió: «Castillo de Gauzón». Formación joven y con mucha clase que dejó certificado el porqué de su triunfo en 2006. El itinerario apunta a grandes cosas nuevamente para el grupo que dirige Rocío Cuervo. Y siguiendo al revés, lo anterior fue el coro del Centro Asturiano de Oviedo, que dirige una clásica del concurso: Patricia Miriam Martínez. Al igual que sus colegas, hicieron dos habaneras y una asturiana.

«Nerúe» y «Verdasca» abrieron la sesión en representación folk, una modalidad que también tiene obligado un tema numerado del cancionero de Torner, el 351. Y para que nada faltase, Lorena Corripio, María José García y María Sánchez Blanco dieron señales del poderío femenino en la tonada. Las tres certificaron sólidas y buenas interpretaciones.