Oviedo, J. B.

Alfredo Diego es un ovetense que lleva años rulando en esto de la música. En algún caso, con «Serena», ya en lo más alto de los parámetros de la industria discográfica. «Serena» editó su disco con la potente multinacional Virgin y tuvo una repercusión importante en su momento. Luego se apagó ese proyecto, pero Alfredo no abandonó la música, con su pequeño estudio y sus creaciones. Ahora es componente de «Biquini»; y «Biquini» está en la pomada de Eurovisión al conquistar con su canción, «Una chica normal», uno de los 30 puestos que se disputarán en las galas finales de RTVE. Alfredo ve en esta aventura eurovisiva una forma de difundir su estilo, de romper barreras para que su música alcance al máximo de oídos posibles.

Con Alfredo, que es de la plaza de la Gesta, está en «Biquini» María Garrido, su compañera y la que lo lió felizmente para estar en esta historia del concurso más célebre de la canción. «Vivo en Santander desde hace cuatro años. Tengo un pequeño estudio porque, a pesar de que no cuajó "Serena", seguí en la música. María me animó a entrar en esto de Eurovisión. Fuimos haciendo maquetas. Y como no teníamos cantante, puse la voz. El resultado fue guapo», cuenta a LA NUEVA ESPAÑA el músico. El camino hacia Eurovisión tiene mucho que ver con la red: «Primero montamos un Myspace y empezó a funcionar muy bien. Al final me liaron y acabamos en Eurovisión. En todo caso, es una muy buena forma de hacer ruido y promoción. Vimos que el año pasado "La casa azul" quedó muy bien y eso nos animó a seguir. "La casa azul" no era muy eurovisiva, pero cuajó», matiza.

Al margen del objetivo de hacer promoción, Alfredo Diego sabe analizar el festival con criterio. Por ejemplo, define muy bien el fenómeno «Chiki Chiki» del pasado año: "Mediáticamente fue un acierto. Fue punky y transgresor y le puso las pilas al festival. Le dio audiencia, y eso es vida». «Biquini» mantiene un planteamiento que tiene que ver con el pop de los cincuenta y sesenta, «canciones singles», sin pretensiones «y con rollo tendente a los clásicos anglo», apunta el compositor. «De hecho, "Biquini"», explica, «buscamos castellanizar aquel tipo de canciones».

Fue una sorpresa su selección para esta tanda preeurovisiva porque esto de la música es una pasión más que un objetivo profesional; de hecho, María Garrido, que es natural de Ponferrada, desarrolla su trabajo como profesora en la Facultad de Comunicación de la Pontificia de Salamanca: «La verdad es que el que se fijen en ti en este tipo de eventos es muy complejo», cuenta Alfredo. Finalmente evoca sus sabores eurovisivos: «Tengo muy buenos recuerdos de cuando era crío. Yo los últimos años no lo he seguido. Era una pauta que no iba mucho conmigo. Pero sí recuerdo con satisfacción a gente que luego triunfó plenamente, como Raphael o, en su día, Jeannette. De lo que se trata ahora», medita en voz alta Alfredo Diego, es de hacer una buena gala en TVE, llamar la atención: «Hacer una buena gala y llamar la atención de una compañía. Se trata de meter un poco de calidad en el festival porque editar, tal como está ahora el mercado, está complicado».

Y en la despedida, agradecimientos de todo corazón a quienes apoyaron a «Biquini» hasta el momento. «Cuando hicimos las votaciones "Asma" (Asturianos en Madrid), movió el voto entre sus asociados. Y dos más: la asociación Aviva y los hosteleros de Salamanca».