Hola, me llamo Antonio Rico y soy triscaidecafobiafóbico. Sufro mucho. La sociedad tolera la triscaidecafobia. La versión obsesiva al número 13 está bien vista, pero lo que a mí me pasa no es eso. Lo mío es un temor irracional hacia la aversión obsesiva al número 13. ¡Tengo fobia a la triscaidecafobia! Así que tengo triscaidecafobiafobia.

Es terrible. Sufro porque soy un marginado social con una fobia que no está bien vista como lo está la aversión al 13. ¡Ya me gustaría a mí tener triscadecafobia! Si así fuera andaría por ahí tan chulo como cualquier otro triscaidecafóbico presumiendo de que soy guay porque no soporto el número 13, de que digo "12+1" que mola más, de que gracias a gente chupichachi como yo hay edificios sin planta 13, aviones sin fila 13, hoteles sin habitación 13 y metros sin línea 13. Pero es que, ay, soy triscaidecafobiafóbico y eso me condena al aislamiento social, a la soledad, al solipsismo, a convivir con palabras así

de raras.

Yo antes llevaba una vida normal en la que podía convivir sin problemas con la triscaidecafobia. Si veía que un triscaidecafóbico sufría porque dentro de una casa 13 gatos negros rompían 13 espejos junto a 13 paraguas abiertos, echaba un gato, cerraba un paraguas y salvaba un espejo para que se tranquilizara. Hasta que Telecinco estrenó Gran hermano 12+1. Ahí empezó mi infierno. Desde entonces me da miedo el miedo al 13, no soporto no soportar el 13, temo el temor al 13. Es ver escrito "12+1" y me da repelús. Es oír decir "12+1" y me salen granos. Es ver que emiten GH 12+1 y apago la tele.

No vengo aquí buscando cura. Lo mío no tiene arreglo mientras Telecinco siga emitiendo ese horror. Solo espero dejar de parecer un bicho raro, sentirme arropado, encontrar el apoyo de otros que, como yo, padezcan triscaidecafobiafobia y me comprendan.