No han tardado casi nada en solucionarlo. A pesar de que el cambio se notó (y mucho) el drama ha durado sólo unos días. El club de fans de Kara Sevda, la serie turca revelación de la temporada acaba de anunciar que dentro de unos días Kemal, uno de los protagonistas de la serie recuperará su “voz original”. Todo tiene una explicación: hace unos días las seguidoras de esta ficción se quejaban de que un problema de salud del doblador en castellano de este personaje habían obligado a cambiar de profesional y, por lo tanto, aunque los productores buscaron una voz parecida no era la misma.

Ahora ya parece que se ha conseguido recuperar la normalidad para alivio de muchas de las que cada tarde se sentaban frente al televisor. Un detalle, el de la voz, que da una idea de la importancia del trabajo de los dobladores que en los últimos años han protagonizado incluso alguna huelga y protesta en Estados Unidos por las condiciones laborales en las que en no pocas ocasiones se veían obligados a trabajar con sueldos poco menos que de miseria.

Desde hace meses las series de origen turco han ganado la batalla a los típicos culebrones que venían de países de América Latina. Cada vez menos espectadores eligen este tipo de novelas y se inclinan por las de una factoría que no deja de producir títulos. Tanto que hay ya hasta canales especializados. No en vano Nova (el temático femenino de Atresmedia), lanzó hace varios meses una aplicación especial de novelas que bajo la modalidad de pago por visión ofrece cientos de títulos mientras que Divinity (el temático femenino de la competencia, el univeros Mediaset), ha decidido dedicar todas sus tardes a los productos turcos creando un contenedor especial.

Aunque, eso sí, no todas las decisiones de la cadena son tan “positivas” como les gustaría a las fans de Kara Sevda. De hecho muchas se mostraron hace ya varias semanas enfadadas por la decisión de Mediaset de cambiar el horario de su producción favorita. ¿La razón? Había que “hacer hueco” a otras novelas que entraban en la parrilla y que tenían que estrenarse a la hora que más consumidoras de este tipo de ficción se sitúan al otro lado de la pantalla: a eso de las cuatro de la tarde. La excusa de los programadores para justificar tantos movimientos en la parrilla es que quién quiera ver la serie cuando guste la tiene en el servicio a la carta de Mitele.