Más de 4.000 seguidores en redes sociales. Una empresa que, parece, va bien. Y un éxito en la cocina. Esas fueron las consecuencias de que Vicky Pulgarin ganara la segunda edición de Masterchef, el programa de cocina más seguidos de España. ¿Qué ha sido de la vencedora de la segunda edición del programa? Pues parece que no le va del todo mal si se ven las redes sociales.

Pulgarin ha puesto en marcha en su tierra, Mallorca, un servicio de catering. Su paso por el programa fue uno de los más recordados. No en vano en Masterchef pasa como en muchos otros programas: hay quién dice que los ganadores de las primeras ediciones son los más "frescos".

Masterchef se ha convertido casi en un talismán para una menguada TVE. La cadena pública no lo está pasando bien en los últimos tiempos en lo que a audiencia se refiere. No en vano ya no compite cara a cara con otros grandes canales de imperios mediáticos como Antena 3 o Telecinco. Y en este sentido TVE sabe explotar bien el formato de los cocineros anónimos que buscan hacerse un hueco en el duro mundo de la cocina.

A lo largo del año se emiten, casi sin solución de continuidad, tres tipos de formatos de Masterchef: el de personas “anónimas”, el de famosos y el de niños, que es el próximo en estrenarse coincidiendo con la navidad.

Otros ganadores

¿Cómo se vive después de haber alcanzado la cima? Con la misma guía de vida. Esa es, al menos, la respuesta que seguro que daría a la pregunta Juan Manuel, el primer ganador de Masterchef España que fue al concurso con la idea de su padre en la cabeza de que podía conseguir todo lo que se propusiera y que salió de este formato convertido de camarero a gran repostero. Algo que, por otra parte, no es muy común entre los cocineros que en todo momento tratan de separar la repostería de la cocina.

Un simple vistazo a las redes sociales de Juan Manuel nos permite ver que es uno de los reposteros más de moda. No en vano los comentarios que los clientes le dejan en sus redes sociales hablan de lo bien que se lleva con ellos y de lo mucho que estos valoran sus creaciones. Sobre todo las llamadas “tartas de números”.