Gijón, Selene ALONSO

Aunque aún no exista la máquina del tiempo, Gijón viaja esta semana al siglo XVIII. Y no sólo porque desde hace meses toda la ciudad vive el bicentenario jovellanista. Es que ahora también tiene un mercado de la época. La compañía «La Fragua de Vulcano» es la encargada de la organización de esta feria, que se mantendrá hasta el domingo, en la plaza Mayor y sus inmediaciones, precisamente los escenarios de vida del más ilustre de los gijoneses. Artesanos de muchos puntos del país, pero sobre todo asturianos, se dan cita en este mercado donde la artesanía, la comida o los paseos en burro se van dando relevo.

Cuentan los organizadores que los «mercados goyescos» (como se conoce en el resto de España a estas citas, aunque aquí le hayan dado el sello jovellanista) tienen la ambición de ser especiales y conseguir transportar al público a la época representada. Para ello necesitan una gran documentación sobre el período histórico y mucho trabajo de elaboración de escenarios y vestuario. Alberto Almagro, organizador de «La Fragua de Vulcano», sostiene que «todo detalle cuenta. Por ejemplo, para este caso nos hemos inspirado en todos los cuadros de Goya». Pero parece que no es suficiente para satisfacer completamente al público. Hay quien considera que este tipo de mercados ya empiezan a ser poco novedoso, y que una vez visto uno, vistos todos. Aun así, nadie minusvalora una actividad que siempre aporta un punto de pintoresquismo a la ciudad. Felipe Izquierdo, de 34 años, paseaba ayer por el Mercado jovellanista y goyesco. «Hemos estado en el de Burgos y en otros que hay por sus pueblos, y están bien, aunque se echan en falta más novedades», decía un cliente que ve en estas ferias «un buen sitio para llevar a los niños, como forma de acercarles a un modelo de comercio diferente al actual», en el que se ha perdido el contacto cara a cara, sostiene. «Es algo fenomenal, ya habíamos estado otros años en el de Cimadevilla. Nos gusta sobre todo la artesanía y el ambiente que se respira en general, pero en este caso están muy bien también las atracciones para los niños y los burritos», decían Cloe García y Jorge Fernández, de 28 y 37 años, mientras se merendaban una crep.

Los comerciantes, como Antonio Rus, un jaenés que lleva más de 7 años con un puesto de gominolas naturales, notaban ayer que la expectación aún no era mucha, pero tienen la esperanza de que el fin de semana tengan más visitantes. Los que antes, o después de comprar, también tienen un recorrido obligado por las exposiciones conmemorativas de Jovellanos en los museos aledaños.