El geriátrico Lar de Noega tuvo ayer una tarde de lo más amarilla. Sentados en fila bajo la sombra para soportar el calor abrasador, los mayores de esta residencia disfrutaron de una velada intercultural que les transportó durante unos minutos a los países del Lejano Oriente de la mano de un grupo de personas de origen asiático. El objetivo de la función era mantener vivas las raices culturales de los asiáticos, alguno de ellos ya nacidos en España, a la vez que entretener y mostrar respeto a los más mayores.

La Fundación Cultural de Confucio y Mencius, una institución basada en la doctrina del filósofo y pensador chino Confucio, pretende que todos los niños y jóvenes de procedencia asiática que, sin embargo, han nacido y pasado toda su vida en España, conozcan sus raíces y su cultura. "Esta es una fundación para todo el mundo, gente de todas las edades y de cualquier procedencia" comenta la presidenta de la entidad. De hecho, no pasa desapercibida la gran pluralidad del grupo, que tiene participantes desde los 5 a los 72 años, todos ellos igual de comprometidos y entusiasmados por interactuar con los residentes del geriátrico.

Que el lugar de encuentro sea un centro dedicado a la asistencia de ancianos no es coincidencia. Desde la fundación explican que en su cultura el cuidado de la familia es indispensable, sobre todo de los niños y los mayores. "Ojalá todos los mayores tengan alguien que los atienda", dice Hsieh Chi, directora de la fundación y responsable del acontecimiento.

La representación, que comenzó con un impresionante desfile de banderas amarillas como el sol naciente, fue una combinación elaborada de la danza tradicional china y el baile más moderno. "Utilizamos la música actual que se escucha en China para que guste y resulte algo cercano", comenta Hsie. Cada movimiento del baile tiene un significado y trata de representar con el cuerpo la letra de las canciones, pero siempre siendo bailes sencillos para que todo el mundo, desde los más jóvenes a los más mayores puedan participar.

A pesar de todo, el baile no es la única actividad a la que se dedican, es tan solo una manera cercana a través de la que contactar con los abuelos y demostrar de una forma sencilla alegría y respeto.

María Álvarez, coordinadora de terapia ocupacional y animación sociocultural del geríatrico, asegura que eventos como estos consiguen que los ancianos salgan de la rutina y se entretengan. "Las mezclas intergeneracionales e interculturales tienen mucho que aportar a los mayores, pero losmás importante es que les han hecho sonreir", explica.

Y así mismo lo han corroborado los residentes del geriátrico que asistieron al evento. Gerarda García no duda un momento antes de asegurar que "ha sido estupendo; muy bonito. Ojalá vengan más". Su amiga, Felicia Vidal, confiesa que "nunca jamás en mi vida vi algo así. Estoy muy contenta"

La educación es la base del progreso de los pueblos. Esta misma frase, que pronunció en su día el ilustre Gaspar Melchor de Jovellanos, comparte la filosofía de vida de esta fundación, motivo por el que la pasada mañana quisieron también personarse en su antigua casa natal para homenajearle. Tras el acto, efectuaron en la plaza Mayor la misma actuación que harían horas más tarde en el geriátrico.

Hsieh Chi dice que este no será su último evento en el Principado. "Los niños vienen desde nueve comunidades autónomas distintas, pero les encanta viajar y compartir su optimismo. Volveremos el próximo verano".