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Sabores para quedarse frío

Los helados clásicos, como el de chocolate y vainilla, compiten este verano con otros de ginebra, maracuyá, sidra y cabrales

Miguel Ángel Pieruz, tras el mostrador del negocio que regenta en Oviedo. Miki López / Ángel González

Los helados evolucionan al gusto del consumidor. El imparable aumento de la demanda de este producto típicamente veraniego ha obligado a los artesanos a buscarse la vida para ofrecer nuevos sabores y presentaciones. Además de los clásicos de vainilla o turrón, estas vacaciones triunfan los de frutas exóticas, los derivados de conocidas chocolatinas y los de platos asturianos, como la fabada, el queso cabrales y la sidra. La mejor forma de digerir las altas temperaturas de estos días.

Oviedo cuenta con varias heladerías tradicionales que han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos. A escasos metros de la estatua de Woody Allen, se encuentra un establecimiento con más de 80 años de vida. Su dueño, Miguel Ángel Pieruz, lo recibió en herencia. Este especialista señala que el chocolate sigue siendo el sabor favorito en la capital del Principado. Aunque, ahora, compite con otros. "Cuando llega el buen tiempo, la gente comienza a pedir helados con sabores de todo tipo de frutas", explica. Por eso, este local no se ha quedado atrás al ofrecer productos alternativos, como la gianduja, que mezcla el bombón de chocolate con la avellana. Una variedad desconocida para la mayoría hasta hace poco, pero que cada vez está más de moda.

El helado de turrón tampoco pierde su tirón. Jesús Valdés regenta desde hace siete años un establecimiento especializado en este sabor en la ovetense calle de Cimadevilla, inaugurado hace varias décadas por sus bisabuelos. "La fruta exótica como, por ejemplo, el maracuyá, se está haciendo un hueco poco a poco, así como derivados de chocolatinas de toda la vida", asegura.

En Gijón, una histórica heladería del centro sorprende cada verano con nuevas creaciones con los sabores más insospechados. José Noval, heredero del negocio familiar, ya impresionó el año pasado con su helado de tónica. Y, para este 2015, planea volver a asombrar a sus clientes. Por eso, a partir de la semana que viene, ofertará tras su mostrador cuarenta sabores distintos. Y, entre los más solicitados, espera que estén los "autóctonos", elaborados con sidra, queso cabrales y fabes. Una refrescante "fartura" para combatir los calores propios de esta época.

En otra de las heladerías más míticas de la mayor ciudad asturiana, ubicada en la calle Los Moros, tampoco han querido quedarse atrás y pretenden sacar al mercado nuevas creaciones. Una de las últimas es el "arcoíris", que hace honor a su nombre al mezclar diferentes variedades. Según Pablo Arques Tuya, uno de los responsables del negocio y representante de la quinta generación que lo regenta, "los clásicos como el turrón, el mantecado o el chocolate son los que más se venden".

Aún así, durante los últimos tiempos, el helado tradicional tiene que hacer frente a la nueva corriente de sabores elaborados por grandes multinacionales. Una de las variedades de moda consiste en combinar una base de yogur, a la que se le añade cualquier tipo de condimento, generalmente piezas de chocolate.

Sean los clásicos de nata, vainilla o chocolate, o los nuevos sabores llegados desde todas partes del mundo, está claro que el helado seguirá siendo un buen acompañante en cualquier tarde estival. Y Asturias puede ofrecer una amplia oferta para acompañar el calor que sufrirá el Principado durante estas semanas. Cualquier momento es bueno para endulzar el verano con bola y cucurucho en mano.

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