La "Semana negra" despidió su vigésima octava edición con la fiesta de siempre. El fuerte calor no fue impedimento para que numerosas familias decidieran pasar la tarde entre música (mención especial para el mini-concierto dado por la banda de mariachis "Hispanoamérica"), libros, restaurantes y atracciones. Una de ellas, "La casa del terror", fue de las más concurridas. El responsable, Javier Carrión, confesó "que nunca falta gente", al mismo tiempo que varios jóvenes salían "asustados" del interior de la casa. "Nos ha gustado mucho, me quedo con la niña del exorcista", dijo Claudia Mesa, una ovetense que se estrenaba en el festival este año, junto a sus amigas Claudia Gómez y Paula Fernández.

Por la misma línea que Carrión siguieron algunos de los libreros y hosteleros que despedían ayer sus diez días en el recinto "semanero", en los viejos solares del clausurado astillero Naval Gijón. Esther Prieto, responsable de la editorial asturiana Trabe, explicó: "Ha sido otro año en el que hemos ganado". Destacó, curiosamente, la venta del diccionario en asturiano de su editorial y algunas novelas. Alejandro Fernández y Sergio García, de la Fundación Comunista Federico Engels, con puesto en la "Semana", recordaban los tiempos cuando el festival se celebraba en los aledaños de "El Molinón": "Es una gran oportunidad para vender más libros".

A medida que el sofocante calor iba dando alguna tregua, poca, muchas eran los "semaneros" que continuaban entrando bajo el ritmo de canciones que sonaban a todo volumen, como "El Perdón" o "La Gozadera". La jornada fue aprovechada para celebrar el día de la independencia de Colombia. El amarillo iba haciéndose cada vez más visible y al menos una decena de jóvenes iban ataviados con la elástica cafetera de su selección de fútbol en homenaje a sus compatriotas. Entre tanta algarabía, Ángel Gutiérrez, un asiduo al recinto ferial, se mostró encantado de "encontrar tanta variedad de libros a un bajo precio".

La "Semana" tiene mucho de escenario familiar. Algunas pasean al completos: de las casetas con libros, pulseras o collares, a las atracciones. La pareja de músicos formada por Roberto Junque y Cynthia Suárez, acompañados de sus dos hijos (Nel y Dani) curioseó ayer por el recinto en busca de un libro antiguo. "Lo bueno es venir a la caída del sol; se camina mejor por las zonas más apretadas", hicieron resaltar.

La firma Silverio Cañada, de ilustre genealogía editora, es un clásico de la "Semana", con su puesto de libros a precios más que asequibles. Los aficionados encuentran por un euro o poco más auténticas joyas del género policiaco. "El año ha sido bueno y lo que más hemos vendido han sido libros de novela negra", indicó. Aroa Montes acudió ayer al recinto ferial junto a su marido y su hija de corta edad, Raquel. "Me gustaba más la 'Semana' cuando estaba en El Molinón, aunque suelo venir todos los días; la verdad es que lo paso muy bien".

Ha sido una edición con una muy elevada participación de escritores, público y con más de doscientas actividades en los diez días que ha durado el festival. Ayer mismo, jornada de clausura, se celebraron varias presentaciones y debates. El tirón de la "Semana" sigue intacto. Y con nuevos fieles.