La ciudad más remota del mundo no tiene web, pero tiene grandes almacenes. Se llaman The Island Store y cuenta, al parecer, con "una buena selección de vinos sudafricanos". No sé. No lo conozco. La ciudad más remota del mundo está en medio del Atlántico, al norte de la isla de Tristán de Acuña, en el mismo territorio británico de ultramar que Santa Elena, donde murió Napoleón después de Waterloo.
Edimburgo de los siete mares tiene nombre de novela de piratas e historia de ficción. El príncipe Alfredo, el segundo hijo de la reina Victoria, atracó en el asentamiento de Tristán de Acuña y los vecinos se le cuadraron. Era duque de Edimburgo y ellos, colonos en medio del mar. Edimburgo de los siete mares está tan lejos del mundo que su vida es un interrogante. El pueblo más cercano es Jamestown, en Santa Elena: 2.173 kilómetros de mar y puro mar. Como un Las Palmas y Barcelona de un tirón. Los edimburgueses del sur -268, nada más, según las últimas estadísticas- no se dan un pijo de importancia. Llaman a su pueblo simplemente "el pueblo" ("The village"), pero es normal, en Tristán de Acuña no hay más pueblos que "el pueblo". Nadie quiere vivir tan lejos.
