Aunque durante años se haya pensado lo contrario, esta temporada han cambiado las tornas: las pieles, como las bicicletas, son para el verano. Nos lo chivaron las pasarelas y lo confirmaron los "influenciers" y los reyes del "street style". La piel, en sus diferentes acabados y con sus texturas más ligeras, es el material estrella en casi todo: vestidos, faldas, shorts, monos, chalecos, faldas y chaquetas.
Lo mejor de la era digital y del acceso global a la moda es que lo prohibido ha pasado casi a mejor vida. El "esto no se lleva" o "esto y esto no pegan" están en peligro de extinción, porque casi todas las prendas acaban teniendo su oportunidad para salir del armario. Ver a alguien con una aplicación de pelo en una chaqueta o en un vestido en verano estaba fuera de lugar, pero Gucci, Alexander McQueen, Custo y Miguel Marinero, entre otros, han cambiado esta idea. Y no solo con este tipo de piel. Las firmas de moda más prestigiosas han llenado sus propuestas para este verano de chalecos de ante, faldas ajustadas y shorts de colores de napa, cazadoras de cuero sobre vestidos de aires folk, faldas y vestidos de corte evasé fabricados en ante, tops cropped de cuero fino y labrado y sandalias romanas en las que no existe otro material que la piel. Y esto es solo el principio. El próximo otoño vuelve a ser territorio de piel. Eso sí, en su versión más setentera y llenando piezas de aires folck y rock al estilo Woodstock.