Aunque existen expertos, el ambiente lúdico y familiar prima en torno a las taquillas de Las Mestas. Como Pedro Antuña y su hija Isabel, que eligen apostar un euro al ganador de cada serie en cada una de las tres o cuatro pruebas que pueden ver a lo largo de la tarde. "Un día ganamos cuatro euros y cubrimos la mitad de lo que gastamos en toda la tarde entre los dos", señalan.
Las mayores colas se forman cada día para las apuestas de un euro la serie y de dos la gemela. Mientras que las de cinco o diez euros para la serie y la gemela tienen algo menos de acogida. Pero al final el espíritu es el mismo. "Apuesto siempre a los números pares que son los que me gusta. Pero casi siempre al 2, que es mi número favorito", señala Lidia Pérez, que acudió como siempre hace una vez al año junto a Andrea Álvarez. Ésta se guía por una intuición: "Apuesto al último de cada serie, que como sabe los tiempos del resto, tiene una extra de motivación y una referencia". Al final lo que importa es entretenerse y si es junto a amigos, mejor. Senén Morán, de 17 años, acude junto a varios compañeros "desde prácticamente la cuna". "Me gusta apostar porque así no hay manera de que te aburras. Suelo dejarme guiar porque yo no sé muy bien por quién apostar", relata. Lo mismo le sucede a Soraya Pérez, de 22 años. "Vengo con mis amigas y juntas nos lo pasamos muy bien. Nos gusta estar pendientes de lo que pasa en la pista. Solemos apostar por intuición y mirando un poco lo que hace el de al lado", confiesa. A escasos metros de las taquillas, y en medio de la multitud, las cabezas de Ramón Fernández y Abel Santiago, sobresalen por encima de las del resto. "Es complicado ganar, pero bueno, no perdemos la esperanza de que alguna vez suena la flauta", explican entre risas. Al final, no es más que un juego y más que participar, lo importante es divertirse.
