Ninguno de los quince niños con edades comprendidas entre los cinco y los catorce años, que se iniciaron el pasado domingo en la práctica de la vela e inauguraron las actividades de la nueva escuela del recién creado Club de Regatas de Ribadesella, se podía imaginar que tres horas después de inscribirse en el curso ya estarían tripulando en solitario y con total autonomía sus embarcaciones optimist por la bahía riosellana en paralelo al resto de barcos pesqueros y deportivos que acompañaban la vespertina procesión de la festividad de Santa Marina. Una auténtica experiencia de lujo para su bautizo marinero.

Anteriormente, los privilegiados jóvenes habían estado muy atentos en el muelle a las explicaciones previas del monitor César Moráis que les había detallado las diferentes partes y componentes de los barcos optimist que iban a tripular y les familiarizó con la orza, la proa, la popa, la carlinga, la botavara, el palo y el pico de la vela, y el timón que iban a pilotar minutos más tarde.

Tras las clases teóricas, participaron en un taller práctico de nudos en el que les enseñaron a confeccionar distintos tipos de nudos marineros. Como auténticas esponjas, los niños rápidamente aprendieron el as de guía, el de ocho, de briol, de mariposa, ligada redonda, llano o de rizo y hasta el de ballestrinque.

Y finalmente, al agua. Primero remolcados con una cuerda por sus monitores bajo las instrucciones de José Teleña, director técnico de la escuela, y luego en absoluta libertad por la bahía riosellana, en equipos de dos, manejando uno el timón y el otro la vela. La estructura rectangular de las embarcaciones optimist les hace muy poco hidrodinámicas pero el viento nordeste reinante el pasado domingo les empujaba fuertemente y les invitaba a coger velocidad haciendo que los más pequeños disfrutasen como auténticos enanos antes de virar para cambiar de dirección.

Además de niños de Ribadesella, participaron en la actividad otros de Oviedo y Villaviciosa e hijos de veraneantes de Madrid.

Olaya Somoano, de diez años, Paula Valdés, de once, y Cecilia Rodríguez, de trece, fueron algunas de las riosellanas que disfrutaron de esta histórica jornada en el inicio del deporte de la vela en esta villa marinera.

Al terminar la actividad, las expresiones de asombro de sus rostros mostraban que les había merecido la pena participar. "Lo hemos pasado muy bien y hemos visto Ribadesella desde la bahía de modo totalmente distinto a como la conocemos", manifestaron.

Tras su bautismo náutico tal vez tengamos en el futuro a una medallista olímpica como Ángela Pumariega.

Después de varios años de gestión y sortear numerosos obstáculos administrativos, Covadonga Teleña ha conseguido fundar y legalizar el Club de Regatas de Ribadesella poniendo en marcha el pasado fin de semana la escuela de vela cuya primera actividad ha sido el bautismo náutico de los quince niños inscritos.

El objetivo de esta asociación, sin ánimo de lucro, es promocionar el deporte de la vela en la villa riosellana, actividad que hasta la fecha no se podía practicar.

La presidenta del club afirma que "aunque hemos comenzado con los más jóvenes, está abierto a todas las edades y se fijarán cuotas de socio. La actual junta directiva la integramos cinco amantes de la náutica y nuestro próximo paso será incrementar el número de socios para que la escuela tenga actividad durante todo el año.

Las actividades continuarán esta semana con clases de vela ligera para los ya iniciados y nuevos bautismos de mar".