Una musa de la moda, una diosa egipcia, una samurai y una diosa asturcelta. El body paint o "arte de transformar el cuerpo en un mural para la expresión artística" llenó ayer de fantasía el local hostelero Bambara, donde se realizó el examen final del curso impartido por Aida Carballo, maquilladora profesional.

Carballo asegura que la razón por la que se decidió a enseñar es para "dar la posibilidad de aprender maquillaje profesional y body paint sin necesidad de irse a Madrid o Barcelona. Hay gente que económicamente no puede se permitir marcharse, pero no por ello se deberían quedar sin poder hacerlo. Gijón es una ciudad preciosa donde enseñar, lo cual me hace feliz".

El examen comenzó a las nueve y media de la mañana y el broche lo puso el desfile de última hora de la tarde. Casi once horas de esfuerzo. El body paint de las cuatro alumnas es fruto del trabajo de tres meses de "creatividad" y "esfuerzo" . "Es precioso estar trabajando por un arte que sabes que va a ser efímero, ya que su exposición del trabajó durará tan solo un minuto y medio", indica Carballo.

El examen consistió en la creación de un personaje con su correspondiente historia, plasmada en el cuerpo de una modelo exhibido junto con una canción. "Sigo las mismas reglas que seguiría un concurso, aunque les doy más tiempo. Mi intención es prepararlas para afrontar este tipo de certámenes", garantiza la profesional.

Algunas alumnas aseguran que lo más complicado es "buscar la inspiración para crear el personaje" mientras que otras dicen que "el tiempo y la organización".

Aguacolor, purpurinas, sprays y atrezzo son los principales elementos utilizados por la estudiante Ivone Alonso en la elaboración de su "musa de la moda". "Me inspiré en la idea del patronaje y figurín de moda", cuenta.

Otra de las alumnas, Kyara Hissinson, creó el personaje de Kyele, una diosa egipcia de la fuerza interior, a modo de homenaje a su abuela Elena: "Quiero dedicarle este trabajo a ella", dice Kyara Hissinson.

El personaje de Heidy Romo es fruto del trabajo de 3 generaciones, contando con la ayuda de su madre, Pilar Romo, y su hija, Krhizna Martínez, que ejerce de modelo. "Somos un auténtico equipo", asegura Heidy, cuyo proyecto se basa en "Onna-bugeisha" -un grupo de mujeres samurai que desarrollaron actividades bélicas en el Japón feudal-.

Por otro lado, Tamara Canteli optó por la creación de un personaje más propio de "la tierrina": una diosa asturcelta protectora de la naturaleza y los bosques inspirada en la tierra Asturiana. Rebeca Ordiales, su modelo, asegura estar "encantada" en manos de la practicante. "Es la primera vez que hago un body paint. Me pareció el momento idóneo para decir 'fuera' a todos los complejos que tenía sobre mi cuerpo. Siempre estuve descontenta con mi pecho, pero ahora aquí me ves, estoy desnuda y feliz", asegura la modelo.

Una de las cosas que más llama la atención de los visitantes es el hecho de que el examen no se realiza en un taller ni lugar especializado, sino en un local hostelero. Aida Carballo cuenta que la razón por la que se lleva a cabo en este espacio es porque "hacer la carrera fue posible gracias a ellos. Estuve trabajando en este bar para pagarme mis estudios. Son como mi segunda familia, se portan genial conmigo".