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El sobresaliente es la nota dominante

Ajenos al mal tiempo de julio, los turistas despiden el veraneo asturiano con la tercera calificación más alta en doce años

El sobresaliente es la nota dominanteJulián Rus

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La encuesta del verano.

Esta información ha sido elaborada por: Andrés Illescas, Sergio Pérez, Manuel Granados, Irene G. Cañedo, Covadonga del Nero, Claudia Collar, Gustavo García, Demelsa Álvarez, Ana M. Serrano, Sara Arias, Alejandro de la Fuente, Mariola Menéndez, Cristina Corte y Cristina Muruzábal.

El cliente se despide satisfecho. Pillado a pie de playa, a orilla de sendero o a la mesa del restaurante, el turista reflexiona, calcula y permite que el destino pase el examen con sobresaliente. Los cien visitantes consultados en la encuesta coincidental del final del verano, 22 extranjeros y el resto de casi todas las regiones del país, repasan mentalmente sus vacaciones y encuentran la naturaleza y la comida, valoran el verde y la playa, sopesan la limpieza, la gente y hasta el "frescor" del clima, y califican la Asturias que se ve de visita con notas que no bajan del siete y que llegan en 33 casos al diez.

Uno de cada tres encuestados se lanza hasta la calificación máxima y los cien juntos otorgarían a su estancia una nota media que rebasa por dos centésimas el nueve. 9,02. La puntuación final queda muy cerca del 9,2 de la consulta de LA NUEVA ESPAÑA el año pasado, la nota más alta de la serie, y anotan en todo caso la tercera mejor marca de las encuestas del veraneo cantábrico asturiano en las últimas doce temporadas. La nota no se resiente de la lluvia y hay una turista madrileña que, preguntada por lo mejor de su verano responde muy significativamente "poder dormir con una manta".

En la parte que impide la satisfacción total se habla del estado y la señalización mejorable de las carreteras o de la "masificación" en algunos puntos sobredimensionados de la geografía vacacional del Principado. También, sí, hay referencias poco complacientes a la lluvia y algún inquietante mensaje que identifica incluso de paso un problema mollar: "Poca gente joven en los pueblos".

Dicho eso sobre la calidad del producto, la cantidad de sus consumidores se ha resentido al menos en el primer tramo del verano. Los primeros datos oficiales disponibles, los de julio, constatan una cierta involución respecto al primer mes del verano pasado. La clientela de los establecimientos turísticos asturianos retrocedió en más de 30.000 visitantes en la comparación con el julio de 2017, el año récord del sector. Los hoteles y los campings vienen de registrar su peor cifra de visitas desde 2014 en un mes de julio y los alojamientos de turismo rural, que atrajeron a 5.000 personas menos que en 2017 en su segundo mejor resultado histórico en un inicio de temporada, recibieron a cambio a mil extranjeros más que el año pasado.

A falta de la confirmación del recuento de agosto, el turismo asturiano ya sabía que 2017 había dejado el listón en su nivel más elevado de la serie histórica y que rebasarlo iba a costar. Todas las modalidades de alojamiento perdieron turistas en un mes de julio con menos sol del que se espera de abril y más agua de la que habría sido normal en diciembre. Por eso al analizar la primera estadística del verano, divulgada oficialmente el viernes, el Gobierno del Principado echa al mal tiempo la culpa del retroceso y festeja los datos agarrado a otra certeza, la suma de visitas en los primeros siete meses del año es la segunda mejor de la historia sólo superada por la de 2017 y ha subido, en un 3,4 por ciento, las visitas internacionales.

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