"De Oviedo no pienso salir, a no ser por temporadas", le escribió en una carta Clarín a su amigo Galdós. Y dos siglos después se sigue cumpliendo esa afirmación. Las paredes, muros y calles guardan el legado del escritor naturalista de origen zamorano, que vivió en Oviedo desde los 11 años y ayer, la bibliotecaria y documentalista Chelo Veiga, en la ruta literaria de "La Regenta" se encargó de recordarlo, recorriendo la ciudad como la miró en su día Ana Ozores.

Con un cuadernillo de fragmentos de la obra de Clarín, "porque el libro pesaba mucho", la bibliotecaria guió a 23 participantes de la actividad -22 mujeres y un hombre- por los principales puntos en los que se desarrolla "La Regenta", partiendo del monumento que homenajea al escritor. "Esto no es una visita turística, sino un paseo por los espacios físicos de la novela", afirmó antes de comenzar. Y después, recordando a Clarín, incercaló fragmentos de su obra, con su vida y curiosidades de Oviedo en alrededor de una hora y media.

El siguiente punto fue la "Fuentona" del paseo del Bombé: "Tiene grabados en los laterales los cuatro manantiales de donde provenía el agua de la ciudad. Ahora lleva muchos años sin funcionar", explica Chelo Veiga, antes de desplegar un enorme mapa donde indicará el siguiente lugar de la ruta, la calle Campomanes, donde Clarín ubicaba "La Colonia" de los americanos en la novela.

De Campomanes al Fontán, pasando por la casa de Clarín y su estatua para ver el patio de comedias que estaba casi derruido cuando se escribió "La Regenta" por culpa de un "Ayuntamiento en el que predominaban los enemigos del arte", en palabras del escritor. Y para acabar la visita, el origen de Vetusta, en La Corrada del Obispo, y la Catedral, desde donde Fermin de Pas dominaba la ciudad. "Esta novela se compara con Madame Bovary o Anna Karerina. Sin embargo, no se llama Ana Ozores, sino "La Regenta" haciendo referencia a la mujer del regente. Dá para pensar", concluye Chelo Veiga.