El Museo Balenciaga, el único del mundo dedicado íntegramente a un modisto, abrirá sus puertas el próximo mes de marzo. Las obras del edificio que albergará los «tesoros» realizados por el diseñador de Guetaria culminarán en septiembre. El edificio, que se ubica en la localidad natal del creador, lleva más de seis años en construcción.

Para compensar el retraso, el centro acogerá un centro de formación especializado en alta costura, en el que se impartirá un máster o un posgrado. Las irregularidades detectadas en la construcción provocaron la suspensión de las ayudas institucionales, la paralización de las obras y recelos hacia el proyecto, al que tampoco ayudaba sus grandes dimensiones.

El Museo Balenciaga se ha plantado como un espacio para conocer la vida y la obra del modisto pero también como un punto de confluencia para el mundo de la moda. El diseño del edificio no contemplaba esta posibilidad, por lo que los arreglos de los últimos meses también se han orientado en este sentido.

Cristóbal Balenciaga fue uno de los grandes costureros del siglo XX. En 1939 revolucionó las pasarelas con una línea de hombros caídos, de cintura pinzada y caderas redondas -que anticipaba el new look de Dior de 1947-, y años después se permitió el lujo de reinventar la silueta femenina con sus vanguardistas vestidos saco, las mangas tres cuartos, las faldas balón, el talle alto y las caídas en forma de túnica.

Los oropeles no le importaban demasiado. De hecho, decidió retirarse en 1968 cuando estaba en la cúspide. Balenciaga, enemigo de hacer vida social, hizo su última aparición en el entierro de Coco Chanel, en 1971. Murió un año después en Jávea (Alicante), tras terminar el vestido de novia de Carmen Martínez Bordiú para su boda con el duque de Cádiz. Sus diseños viven para siempre.

El modisto Hubert de Givenchy, presidente de la Fundación Balenciaga, es un auténtico entusiasta del proyecto pensado para rendir homenaje a la obra de quien fue su colega y amigo en los años en los que el creador vasco vivió en París. Givenchy se siente especialmente orgulloso de que el museo exhiba piezas tan significativas como el vestido de novia que llevó la española Fabiola de Mora y Aragón cuando subió al altar para convertirse en la esposa del rey Balduino de Bélgica. El majestuoso traje nupcial está realizado en raso de seda y tul. Con él Balenciaga, hijo de un pescador y de una modista, demostró por qué está considerado el creador del arte de la alta costura.

Los tacones altos y contundentes de Azrouël

Las mujeres más estilosas de América no pueden resistirse a los taconazos que diseña el israelí Yigal Azrouël. Fueron todo un éxito en la New York Fashion Week y ahora ya pueden encontrarse en las tiendas de todo el mundo. Los expertos comparan los zapatos de Azrouël con pequeñas obras de arquitectura. Eso sí, los zapatos están realizados en Italia.