Pinchos morunos con las uvas: la original manera de comerse el año sin atragantarse

Así es como debes preparar este postre tan original

Se acabó dar la bienvenida al año con el imprevisto de haber perdido las uvas en el último momento. Estos días, con el final de año a la vuelta de la esquina, se ha convertido en tendencia una nueva manera de colocar las uvas esta Nochevieja, y aquí te enseñamos cómo puedes hacerlo.

El 31 de diciembre es un motivo para celebrar el final de un año junto a nuestros seres queridos. Es el momento de sacar a relucir los manteles que solo colocamos en fechas especiales, con su respectiva cubertería y todo el resto de elementos que adornarán la mesa.

Ojo, porque el emplatado también juega un papel fundamental. Sea cual sea el menú por el que hayamos apostado, la disposición de los elementos nos dejará en muy buen lugar como anfitriones y hará de la cena un majar aún más agradable. Eso sí, es importante dejar hueco para el postre, y nunca mejor dicho.

Las doce uvas que por tradición solemos tomar auguran buena suerte, o al menos eso dice la leyenda. Sin embargo, las prisas, la confusión con los cuartos y los atragantamientos hacen del momento de las campanadas un juego de riesgo.

¿Quieres saber cómo colocar tus uvas de tal foma que además queden como una bonita decoración? Pues aquí te dejamos esta divertida manera de hacerlo. Tan solo necesitarás un vaso de cava y un palillo de madera de los que usamos para hacer pinchos morunos a la barbacoa. Debes tener en cuenta cuántos comensales seréis para disponer uno para cada uno y, como es habitual, hacer acopio de un buen racimo de uvas para que toquéis a doce por cabeza.

Una vez lo tengas preparado, simplemente debes clavar cada uva por el centro y llevarla al final del palillo, al igual que haces con la carne. Después, colócalas dentro del vaso y ya tendrás listo el último postre del año. Esta manera de comer las uvas además es mucho más práctica porque no tendrás que ir corriendo y correr el riesgo de que se te escurran.

Las uvas listas en un santiamén

Para todos aquellos que odien comer las uvas con su piel y su semilla, aquí les va un truco definitivo. No te librarás de pelarlas por tu cuenta, pero sí que puedes comerlas sin una sola semilla. Antes de quitarles la piel, aplica el truco del mismísimo Karlos Arguiñano: consigue una horquilla para el pelo nueva y limpia y métela desde la unión del racimo hasta el centro en el que se encuentran las semillas. Después, haz palanca para sacarlas hacia arriba sin romper el fruto.

Si no tienes una horquilla por casa, puedes usar en su lugar un clip. Ábrelo y crea un gancho que cumpla la misma función que el elemento recomendado po Arguiñano y, doce uvas después, tendrás el plato listo para ensartar en tu pincho.