Sumergir un huevo en hielo: el truco con el que la cáscara saldrá sola

Este es el proceso que deberás seguir

Pelar un huevo después de hervirlo nunca había sido tan fácil. Y es que si hay algo molesto después de respetar los tiempos de cocción es que, a la hora de sacarlo y comenzar a retirar la cáscara, esta se lleve consigo pedazos del huevo.

Los huevos son alimento rico en nutrientes como la proteína y según cómo lo cocinemos le aportará un toque distinto al plato que estemos preparando. Quizás por el tiempo que debemos dedicarle, la manera más complicada de cocinarlos es cuando debemos hervirlos, ya sea para conseguirlos escalfados o cocidos.

Si quieres sacar un huevo perfectamente cocido, aquí te dejamos un truco clave para conseguirlo. En primer lugar, mientras estén hirviendo, echa un chorro de vinagre a la olla. Después, una vez hayan terminado de hervir, enfríalos añadiendo agua fría sobre los huevos. Este es el punto más importante para llevar a cabo este truco: sumergir los huevos en un cuenco con hielos. Debes dejarlos un rato a remojo y darles unas vueltas suaves. Por último, solo queda pelarlo. Dale un par de golpes suaves para abrir un pedazo de la cáscara y desde este punto, solo con rodarlo un poco para quebrarla por todas partes, sacarás toda con tirar solo una vez.

¿Por qué vinagre?

Muchos desconocen la ventaja que ofrece añadirle un chorro de vinagre al agua mientras el huevo se está cocinando. De esta manera conseguirás que la cáscara se selle y, por lo tanto, no tengas problemas de que el huevo se quiebre.

Este truco, a pesar del sabor tan marcado que tiene el vinagre, no cambiará el sabor del huevo y podrás seguir manteniendo su esencia. Eso sí, acuérdate de echarle un poco de sal una vez lo tengas preparado, ya que por sí solo no es un sabor muy llamativo. Con el especiado adecuado, el huevo cocido puede convertirse en un auténtico manjar.

Una cocción perfecta

El huevo cocido cuenta con muchas ventajas para la salud. Para empezar, su sabor es muy distinto al de uno frito o revuelto, además de una textura que pueda aportarle a algunas recetas típicas un toque especial. Los huevos cocidos no son solo un ingrediente clave en platos como la ensaladilla rusa; siempre puedes innovar y buscarle un lugar en tu alimentación para convertir tus platos en saludables y con apenas calorías.

Para cocer un huevo no necesitas más que paciencia y echar un ojo al temporizador de vez en cuando. El tiempo de cocción clave son los entre once y doce minutos. Debes tener en cuenta que un minuto arriba o abajo influirá bastante en la textura final de la yema; si te gusta más líquido, déjalo menos tiempo, pero si prefieres consumirlo totalmente cocinado, respeta los tiempos.