Talco en el pelo: la tendencia para quitar los nudos sin arrancarte mechones que triunfa en Internet

El poder de la moda es uno de los grandes motores de la sociedad porque trasciende más allá de la ropa. Además de los aspectos económicos que esta industria genera, que no son pocos, también es capaz de marcar tendencia e, incluso, definir nuestro propio estilo y hasta forma de ser. Hay un sinfín de posibilidades y de combinaciones, tantas como personas. Ahora bien, en la mayoría de las ocasiones la clave se encuentra en los detalles. A veces no es tanto lo que llevas, sino cómo lo llevas y con qué lo acompañas.

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Porque si la ropa goza de un gran valor simbólico, las joyas no se quedan atrás ni mucho menos. Son capaces de llegar a ser más importantes que los propios tejidos y, por ende, también más complejas de seleccionar. La joyería y la bisutería se pueden convertir en nuestras grandes aliadas o en nuestras peores enemigas. Su poder es tal que pueden transformar al outfit más básico y aparentemente más soso en el más llamativo y comentado para bien o, por el contrario, puede arruinar aquel look que prometía ser el más destacado y glamuroso.

Dar con la tecla justa no es fácil, por eso cuando lo conseguimos, cuando encontramos aquellos complementos que nos favorecen y con los que nos sentimos realmente a gusto, tratamos de sacarles el máximo partido. Queremos que nuestras piezas permanezcan nuevas como el primer día.

Que no pierdan ese brillo, ese color o esa forma que tanto nos gusta. Para ello es clave tratarlas con delicadeza. Así, se debe realizar una limpieza correcta, de acorde a su composición. Del mismo modo que también es crucial guardarlas adecuadamente, bien sea en joyeros individuales, en bolsas con cierre hermético o en ganchos y colgadores.

Sin embargo, hay veces que ni el mejor ni el más atento de los cuidados son suficientes para evitar la aparición de los temidos nudos. Esos que pueden derivar en un enredo de tal magnitud que acabe con nuestra paciencia, incluso, en los casos más extremos, con nuestro accesorio en la basura o en el destierro del joyero. Porque, además, no falla. Cuanto más trates de deshacer el embrollo, peor.

Más nudos aparecen y cuantos más haya, no solo más tiempo y paciencia gastamos, sino que mayor es también la probabilidad de que se pueda producir alguna rotura en nuestra bisutería. Por eso, hoy te traemos un truco con el que podrás desenredar tus joyas de una forma muy rápida y muy sencilla. Lo único que necesitarás será talco en polvo.

El paso a paso

Lo primero será dejar tu pieza de joyería o bisutería en sobre una superficie dura y plana en la que haya una buena estabilidad. Puede ser una mesa, una silla, la encimera de la cocina o una bandeja, en caso de que no quieras manchar más de lo necesario. Después, coloca el accesorio enredado y espolvorea una pequeña cantidad de talco por encima, de manera que todos los nudos queden cubiertos.

Una vez que la zona liada tenga talco, es el momento de desenredar. Para ello, la manera más efectiva es utilizar un par de palillos o alfileres a modo de pinza para separar cuidadosamente los nudos y evitar males mayores. Ahora bien gracias al talco, verás que tampoco tendrás grandes dificultades ya que actuará como un lubricante reduciendo la fricción entre los hilos y permitiendo que se deslicen y deshagan más fácilmente. En apenas unos minutos tendrás tus pulseras y cadenas como nuevas, sin nudos.