Pese a esa imagen de «sex symbol» que la acompaña, ella afirma que sólo ha compartido cama con dos hombres en su vida: el primero fue su primer novio del instituto y el segundo, su actual. Explica Megan en una entrevista a la revista «Harper's Bazaar» que «no puedo tener sexo con alguien al que no quiera... nunca. Sólo pensarlo me da asco. Ni siquiera he estado cerca de tener una aventura de una noche», añade.