Escritora, descendiente de la princesa de Éboli

La Coruña, Isabel Bugallal

Los protagonistas de media Historia de España están en el árbol genealógico de Almudena de Arteaga (Madrid, 1967). Nada extraño, pues, en que ella cultive la novela histórica y haya dejado la abogacía. ¿Dónde documentarse mejor que en la propia casa? La marquesa de Cea, descendiente de la princesa de Éboli y del marqués de Santillana, uno de los títulos que heredará con el ducado del Infantado, publica ahora su decimosegunda novela, «Ángeles custodios».

-¿Fue abogada pero tras el éxito que obtuvo en 1997 con «La princesa de Éboli» descubrió que quería ser escritora?

-Sí, estuve unos años en un despacho de laboral defendiendo a la empresa, pero casi siempre ganaba el trabajador, y luego, en uno de Civil. Trabajando allí, entre demanda y demanda, hacía un poquito de Éboli. Fue una propuesta de Martínez Roca, el editor. Es antepasada mía, tenía bastante documentación de ella y me sabía su historia desde niña porque el famoso cuadro de Sánchez Coello con gola y parche en el ojo era de mi abuelo y estaba en un sitio preeminente del salón de su casa.

-Con los archivos familiares que tiene no es de extrañar que se dedique a la novela histórica.

-Sí, es lógico. Me hubiera encantado hacer la carrera de Historia pero le veía pocas salidas y mi padre me dijo que hiciera Derecho, que tenía más. Y acabé siendo escritora.

-¿La princesa de Éboli?

-Fue una buena madre -tuvo diez hijos- y una buena esposa, pues yo sigo defendiendo que no se acostó con Felipe II y no hay nada que lo pruebe. Fue amante de Antonio Pérez después de quedarse viuda; fue monja y fue intrigante pero yo creo que fue la cabeza de turco que tenía que caer en el crimen de Escobedo. Era cómplice pero no la mano ejecutora, sin embargo murió en prisión.

-¿La Beltraneja?

-Un personaje fascinante. Después de escribir la novela sobre ella me llamaron de la Universidad de Lisboa para ver si localizaban su cadáver y hacer lo mismo que con Colón, pero desapareció en el terremoto de Lisboa y nunca fue encontrada. Es otra incógnita de la Historia. Los que dominan siempre se encargan de deshacerse de todo lo que puedan ser pruebas en su contra en el futuro.

-¿Le gusta que la nueva ley no privilegie al varón en la sucesión?

-Es un tema muy doloroso, porque toca muy de cerca a todas las familias próximas. Es un conflicto entre hermanos, está claro, pero yo he recibido la misma educación que mi hermano en todo. Si quieres que una institución evolucione, tiene que modernizarse, no se puede anclar en la legislación de Alfonso X el Sabio. Si queremos que siga, debe cambiar.

-El cambio todavía no ha llegado a la Constitución para que pueda acceder al trono una mujer.

-Le queda un cuarto de hora. Probablemente se respetará al Príncipe de Asturias pero luego, aunque nazca un niño, Leonor será la reina, una vez que se reforme. Si sigue la Monarquía en España, claro, porque todo son incógnitas.