Una hora después de que su pulso se parara, los médicos consiguieron revivir a Michael Jackson. Durante diez minutos el corazón del cantante volvió a latir, pero no pudo hacerlo por sí mismo y se paró. El padre del cantante ha esgrimido el dato como prueba contra el médico de su hijo. «Las enfermeras y médicos del hospital detectaron un pulso débil femoral y actividad cardiaca. A las 13.33 mostraba un ritmo ventricular débil. A las 13.52 tenía 53 pulsaciones por minuto. Pese a estos esfuerzos, Michael no tenía pulso ni latido del corazón espontáneos. Michael fue declarado muerto a las 14.26». Estos datos aparecen en un documento presentado por Joe Jackson ante las autoridades judiciales.