Conrad Murray, médico personal de Michael Jackson, asegura que fue éste quien se inyectó a sí mismo la dosis de Propofol que le provocó la muerte. Pero esta nueva versión tiene sus detractores. Alberto Álvarez, guardaespaldas de Jackson, asegura que Murray descuidó las tareas de reanimación para ir a esconder las botellas de Propofol vacías, en un intento de esconder su culpabilidad; aunque se habría olvidado de una botella en concreto.