La serie de animación «Dora, la exploradora» cumple este fin de semana diez años en antena y lo hace con su protagonista convertida en la estrella latina más importante de la televisión estadounidense, al menos en horario infantil.

Ni las actrices Eva Longoria o América Ferrara, ni el humorista George López, algunos de los rostros latinos de mayor éxito de la pequeña pantalla en este país, disfrutan de la popularidad que ha amasado en una década entre los más pequeños esta dulce niña latina, amante de los animales y con una fijación por mezclar inglés y español al hablar.

«Ni en un millón de años hubiéramos imaginado que Dora se convertiría en algo que va mucho más allá de un personaje animado, en un icono para muchas personas, especialmente para los más pequeños de la casa», explicó Valerie Walsh Valdés, una de las creadoras de la serie. Desde que Dora llegó a la televisión el 14 de agosto de 2000, el personaje y la serie se han establecido como uno de los valores seguros de la programación infantil en Estados Unidos, donde ha seducido a padres e hijos y ha demostrado que las barreras culturales son fáciles de romper.

Se trata, según Walsh -responsable del personaje de Dora junto a Chris Gifford y Eric Weiner-, de una serie que ha conseguido romper «todo tipo de barreras», al presentar «la primera heroína latina de los dibujos animados» de una manera que ha atraído ya «a unas cuantas generaciones de niños».

«Dora se ha ganado a los niños por su espíritu aventurero, curioso, honesto y amable, pero también porque se trata de un personaje femenino y latino que está muy preparado y no tiene miedo a nada», explicó la creadora, quien reconoció que la idea de hacer un personaje claramente hispano no estaba «en los planes iniciales».

Cuando el canal Nickleodeon les encargó el proyecto, la misión era crear «un espacio educativo y divertido al mismo tiempo, que mostrara a los más pequeños maneras de resolver problemas, que no se dieran por vencidos, pero la idea de que hubiera un héroe latino vino más tarde», indicó Walsh a la agencia «Efe».

«Hace diez años era muy raro ver un retrato positivo de los latinos en la televisión estadounidense y precisamente por ello se decidió que Dora fuera hispana, para crear un modelo a seguir que se correspondiera con parte de nuestra población», explicó la creadora de una serie con la que muchos niños oyen español por primera vez.

Dora habla inglés pero incluye algunas palabras en español en sus conversaciones, de forma natural y sin necesidad de traducción, por lo que el programa ha atraído tanto a la creciente población latina del país como a los padres que sólo hablan en inglés con sus hijos pero quieren que éstos aprendan un segundo idioma. «La idea es que cuando los niños lleguen a la escuela se sientan atraídos a estudiar otro idioma. Es perfecto que lleguen a clase sabiendo los colores o los números en español», aseveró Walsh sobre un personaje que llama «papi» y «mami» a sus padres y que ha dotado de significado a la palabra «amigo» para muchos niños anglófonos.