M. J. IGLESIAS

La última jornada de la Cibeles Madrid Fashion Week ha llegado cargada de clásicos consagrados. En la jornada de clasusura subieron a la pasarela los modelos de David Delfín, Amaya Arzuaga, Kina Fernández, Lidia Delgado, Juanjo Oliva y Elio Berhanyer. El denominador común han sido los vestidos, femeninos, repletos de fuerza.

David Delfín, sorprendente como siempre, contó con un lleno absoluto, y bajo el nombre de «Tautología» ha repetido tres colores indispensables para su primavera-verano 2011: el blanco, el negro y el azul. Klein Kina Fernández ha presentando a una mujer sofisticada en dorado y Juanjo Oliva ha tocado casi todos los colores del arco iris e incorpora un nuevo tejido, el plexiglás.

David Delfín no ha dejado indiferente a nadie. Una vez más, volvió a ser Bimba Bosé, musa y gran amiga, la encargada de abrir y cerrar el desfile. Con un impresionante vestido largo de vuelo en color azulón y con bolsillos, la modelo inició las propuestas monocromáticas que predominan en las propuestas.

El blanco, el negro y el azul Klein se convierten en los grandes protagonistas para el diseñador, con ligeros toques de luz en colores ácidos como el naranja, el verde manzana o el amarillo, presentes en los tirantes, complemento indispensable del modisto. Así, con un aire muy sofisticado, con líneas rectas y algo ambiguas, reconstruye sus prendas, haciendo desaparecer o acortando mangas de las camisas o sobreponiendo unas prendas a otras.

Fernández ha presentado a una mujer sofisticada que pretende seducir con una personalidad y estilo que no pasan desapercibidos. Una colección femenina en la que se ha visto un claro predominio de los colores azul y dorado, con la que la mujer de Kina para la próxima temporada pretende aparentar pero con discreción.

Sus texturas están inspiradas en los tejidos del hogar, donde la imaginación ha convertido cortinones en importantes faldones de profundos pliegues, cinturas ceñidas y amplios volúmenes. Las chaquetas se acortan hasta convertirse en toreras y en general predominan los cortes y las líneas muy simples y sencillas, para ceder todo el protagonismo a los tejidos.

El diseñador madrileño Juanjo Oliva ha preparado una temporada primavera-verano llena de color, en la que recupera las mezclas, los volúmenes y las estructuras de colecciones anteriores, incorporando a sus creaciones todos los colores del arco iris.

Oliva recupera sus estructuras preferidas de colecciones pasadas, con volúmenes que se curvan y se amoldan al cuerpo de la mujer como un guante, y auténticos vestidos-túnica. En primera fila se sentaron Carmen Lomana -con gafas de sol, dando su particular toque de glamour al evento-, Elena Tablada, la actriz Melani Olivares y la modelo Nieves Álvarez. El toque maestro lo puso Elio Berhanyer, con una deliciosa colección de vestidos dignos de una superproducción de Hollywood. Genio y figura.