Avilés fue la primera puerta que cruzó Norman Foster para materializar la conversación que hace un año, con motivo de la entrega de los premios «Príncipe de Asturias», mantuvo con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, y en la que expresó su deseo de vincularse a algún proyecto arquitectónico en Asturias. Y es que el estudio de Norman Foster forma parte del grupo de trabajo elegido para diseñar los contenidos y los aprovechamientos urbanísticos de la llamada Isla de la Innovación de Avilés, el suelo ahora en barbecho de la ría avilesina cerca de los cuales se levanta el centro cultural Niemeyer. Incluso se comenta en mentideros municipales avilesinos la posibilidad de que Foster se encargue, en el futuro, del diseño de la nueva estación.