Italia está paralizada por un nuevo caso de violencia de género con un ingrediente añadido. Una mujer, que se encontraba en un plató de televisión, se enteró en directo, mientras el programa se emitía, de que su hija, Sarah Scazzi, de 15 años, que había desaparecido misteriosamente el pasado mes de agosto en la pequeña localidad de Avetrana, había sido estrangulada por su propio cuñado y tío de la víctima.

Michele Misseri, de 52 años, confesó que había estrangulado con una cuerda y luego violado salvajemente a su sobrina en el garaje de su casa, en un momento en el que perdió el control. Dijo que la joven se había resistido y que había tirado el cadáver dentro de un pozo de su propiedad. El cuerpo de la joven fue hallado en avanzado estado de composición.

La madre de Sarah se enteró de toda la historia mientras participaba en el programa televisivo «Chi ha visto?» («¿Quién lo vio?»), del tercer canal de la RAI, que para obtener más audiencia había instalado sus cámaras en la casa del autor del crimen. La madre, que había sido la primera en no excluir la pista familiar pero que siempre había puesto la mano en el fuego por su cuñado, quedó petrificada ante el televisor.