Microsoft presentó ayer Windows Phone 7, una novedosa versión de su sistema operativo para móviles que saldrá al mercado en noviembre, en lo que podría ser su última gran oportunidad para recuperar una posición relevante en el lucrativo negocio de teléfonos «inteligentes».

«Aquí lo tenéis: El teléfono Windows, un nuevo tipo de teléfono diseñado para intentar ser siempre delicioso y maravillosamente personal», anunció en Nueva York Steve Ballmer, el consejero delegado del líder mundial de software para ordenadores, que, sin embargo, continúa con su lucha para ganar posiciones en el mundo de los «smartphones», donde ha quedado rezagado. Para ganar cuota de mercado y sólo un año después de la última actualización de software para móviles, Microsoft ha alcanzado acuerdos con diferentes fabricantes y más de sesenta operadores, que le permitirán introducir Windows Phone 7 en más de treinta países. El estreno será en Estados Unidos el 8 de noviembre, donde se pondrán a la venta el LG Quantum, equipado con Windows Phone 7 y con «uno de los mejores teclados físicos que jamás hemos probado», dirigido a usuarios que utilicen mucho el correo electrónico a través de móvil.