El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni, han aprovechado su visita oficial a la India para tener momentos románticos, como un paseo a solas por el Taj Mahal que no gustó nada a los turistas, obligados a irse del lugar. Además de negocios, Sarkozy se va de la India con un ruego de Bruni, que confesó a un clérigo musulmán en la visita a un lugar santo que había rezado para tener un hijo de Sarkozy, según «The Telegraph».