La periodista gallega y viuda del premio Nobel Camilo José Cela, Marina Castaño, acudió ayer a los Juzgados para declarar por sus supuestas irregularidades en la gestión de Fundación Cela. Castaño, que acude como imputada, trató de "justificar" en todo momento su gestión al frente de la entidad en su declaración por la presunta comisión de los delitos de malversación de fondos públicos, fraude con las subvenciones y apropiación indebida, según el abogado Xosé María Rodríguez, que representa a Lola Ramos, la vecina del municipio de Padrón, en La Coruña, que denunció a la viuda. El letrado aseguró que Castaño se negó a responder a las preguntas de la acusación particular. A su salida, tanto la periodista como su abogado rechazaron hacer declaraciones.

Xosé María Rodríguez explicó que "uno de los problemas" que está teniendo la causa es que muchos de los supuestos delitos "han prescrito", particularmente los de carácter tributario, por lo que "no hubo investigación al respecto y ya no se permitió preguntar por considerar que están prescritos". También dijo que previsiblemente tengan que prestar declaración en "calidad de testigo" los miembros del patronato de la Fundación que aprobó en 2010 por unanimidad el despido del exgerente de la Fundación.

El antiguo gerente de la Fundación Cela, Tomás Cavanna, citado a declarar porque presuntamente su despido de la Fundación Cela fue simulado y pagado con fondos públicos sin consentimiento de las administraciones que financiaban la institución, también se negó a contestar a las preguntas de la acusación particular y de los periodistas.

Marina Castaño fue imputada el 12 de noviembre de 2014 por un asunto de ingresos por devolución del IVA. En un comunicado, la viuda criticó que se esté orquestando "una causa general" contra ella y desmintió que los empleados de la Fundación hayan cobrado de fondos públicos destinados a actividades de ésta.