Murió en el Nilo, fue amante de un emperador, se le adoró como un dios, su fama perduró, su figura fue un canon de belleza y ahora Roma recupera su rostro con la recomposición de un busto, el de Antinoo, que estaba partido en dos.

El Museo Altemps de Roma exhibe próximos dos fragmentos de mármol de Carrara que una vez estuvieron juntos: el busto de un joven con una cara añadida después de la fractura de la pieza y el rostro original, la cara de Antinoo.

Éste es en realidad el final de una historia que comenzó en 2005, cuando el egiptólogo William Raymond Johnson, de la Universidad de Chicago, visitó el museo romano y vio un busto que le hizo pensar en una posible correspondencia con una pieza del Art Institute de Chicago. Así fue, y gracias a la tecnología ha sido posible elaborar un modelo en 3D para recomponer las dos piezas.