El actor asturiano Javier Gutiérrez está de moda. Y de qué modo: en la pequeña pantalla interpreta a Franco en "Lo que escondían sus ojos" y busca sonrisas en "Vergüenza", y en la grande encarna a un curtido soldado en "Los últimos de Filipinas" y comparte cartel con las estrellas Michael Fassbender y Marion Cotillard en "Assassin's Creed", que ayer se presentó en Madrid. Sin olvidar que su gran interpretación en "El olivo" podría suponerle una candidatura a los premios "Goya".

Gutiérrez, cuyo fichaje aconsejó otro asturiano, el director de casting Luis San Narciso, se codeó ayer con Cotillard (reciente aún su paso por España con Brad Pitt para presentar "Aliados") y Fassbender, que en apenas ocho años se ha convertido en el mejor actor de su generación.

Gutiérrez pone rostro al gran Inquisidor Torquemada. "Todos", aseguró el actor a RTVE recientemente, "conocemos la figura de Torquemada, el azote de los judíos conversos, el confesor de los reyes católicos? pero tanto yo como el director queríamos huir del estereotipo. Y, por suerte, el guión también le daba un giro de tuerca al personaje. Cada día probábamos algo diferente, un día daba discursos como un telepredicador, al día siguiente parecía un cómico del club de la comedia y al tercero parecía el discurso de un dictador como Hitler o Mussolini. El director Justin Kurzel también me dijo que fuera al Museo del Prado a ver las pinturas negras de Goya". Según el actor asturiano, "uno intenta indagar en el lado humano de los personajes pero era tan bestia, tan cruel, lo que Torquemada hacía en nombre de la Inquisición que en este caso era casi imposible. Peo creo que hemos hecho un trabajo curioso".

El maquillaje de Gutiérrez es llamativo: "Torquemada era descendiente de judíos y yo propuse llevar una nariz protésica. Hicimos muchísimas pruebas de maquillaje y al principio no lo veíamos muy claro, porque en Malta rodábamos a 40 grados y podía ser un problema, pero lo probamos, funcionó, y además me raparon la cabeza. Cuatro horas de maquillaje, más doce de rodaje, cada día".

Fassbender dijo ayer que "una de las tramas se desarrolla durante la Inquisición en España y se plantea la cuestión de si era simplemente una persecución religiosa o había algo político detrás", explicó el actor. "Hoy siguen existiendo disputas religiosas, pero el corazón de todos los conflictos siempre es económico", añadió.